Cientos de miles de franceses secundaron hoy la llamada a la movilización lanzada por el conjunto de los sindicatos franceses contra la impopular reforma del sistema de pensiones que pretende aprobar el Gobierno, con huelgas y manifestaciones masivas en las calles.
"La movilización es a la imagen de lo que leemos en las encuestas, es decir, que una gran mayoría de los ciudadanos de este país están en contra de esta reforma", celebró Philippe Martínez, secretario general de la Confederación general del trabajo (CGT) francesa, desde la cabecera de la multitudinaria manifestación organizada en París.
La de la capital fue la demostración de músculo más importante de esta jornada nacional de movilizaciones, pero las protestas se repitieron por toda la geografía francesa, desde Marsella a Nantes.
Junto a las manifestaciones, además, hubo huelgas que se han dejaron sentir de forma especial en sectores como el del transporte público, que está funcionando al ralentí en los ferrocarriles y en las grandes ciudades, o la educación.
En París, aún a falta de cifras de asistencia oficiales, una marea humana se expandió desde el mediodía por la zona en torno a la Plaza de la República, antes de comenzar marchar lentamente hacia la Plaza de la Nación.
"Hay mucha, mucha gente. Mucho más que lo habitual. El mensaje es claro: No al aumento del tiempo de cotización y no al retraso de la edad legal de comienzo de la jubilación. Es simple", recalcó a EFE Martínez.
PULSO DE LOS SINDICATOS A MACRON
Los sindicatos buscaban hoy una demostración de fuerza para escenificar la impopularidad del proyecto de reforma del sistema de jubilaciones que el presidente Emmanuel Macron ha ubicado entre las prioridades de su gobierno para este 2023.
Los dos principales ejes del proyecto, que el Ejecutivo defiende como imprescindible para el equilibrio financiero del sistema, son el retraso de la edad mínima de jubilación de 62 a 64 años para 2030 y el aumento del periodo de cotización de 42 a 43 años para 2027.
Los principales sindicatos de Francia han anunciado una nueva manifestación para el próximo 31 de enero tras una jornada de protestas contra la reforma de pensiones impulsada por el Gobierno que han tildado de "exitosa".
A la medida se han sumado la Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CFDT), Fuerza Obrera y la Confederación General del Trabajo (CGT), los tres principales sindicatos franceses, además de la Unión Nacional de Sindicatos Autónomos (Unsa), Solidarios, la Confederación Francesa de Trabajadores Cristianos (CFTC) y la Federación Sindical Unitaria (FSU), según ha informado el diario 'Le Figaro'.
Además de la nueva jornada de movilización del 31 de enero, la intersindical, formada por las agrupaciones mencionadas anteriormente, ha hecho un llamamiento a "multiplicar acciones e iniciativas, incluso por huelga" en las próximas semanas.
La CGT ha precisado que dos millones de manifestantes han salido a las calles durante la jornada en toda Francia, incluidos 400.000 en París. Por su parte, el Ministerio del Interior ha cifrado en 1,2 millones las estimaciones totales, con 80.000 en la capital. El propio ministro de Trabajo, Olivier Dussopt, ha reconocido en la cadena BFMTV que la movilización ha sido "importante".
La Prefectura de la Policía ha confirmado al menos 30 detenidos durante la marcha en la capital, que se ha visto salpicada por algunos enfrentamientos. Parte de los manifestantes han lanzado objetos contra los agentes, que han respondido con gases lacrimógenos.
"Aquí están todas las organizaciones. Es una gran señal de que la gente está furiosa", aseveró a EFE Gaelle Martínez, secretaria nacional del sindicato Solidaires.
"Queremos tener una buena jubilación, no queremos llegar a la jubilación estando quebrados, cansados, rotos (...) Si el Gobierno no recobra la razón habrá más" protestas, advirtió, por su parte, Laurent Escure, secretario general de la Unión Nacional de los Sindicatos Autónomos (UNSA), en declaraciones a EFE también desde la cabecera de la protesta en París.
Tras los sindicatos desfilaron miles de organizaciones pequeñas y personas anónimas, desde estudiantes a trabajadores cercanos a la jubilación.
"Estamos aquí para decir que no, porque es también una cuestión de visión de la sociedad. ¿Queremos ser una sociedad que utilice al ser humano o queremos una sociedad para el beneficio del ser humano?", cuestionaba junto a otros jóvenes estudiantes Eliot Gafanesch, de 17 años, de la organización La Voix Lycéenne.
Unos metros más atrás, Natalie, una contable también protestaba este jueves por una iniciativa que aboca a los franceses, según ella, a la "precariedad".
"Para esperar a los 64 años para tener la jubilación, si nos despiden a los 58 vamos a estar en una zona gris y no vamos a tener más que precariedad para vivir", vaticinó esta trabajadora.
A pesar de las manifestaciones masivas, Macron, que se encuentra hoy en Barcelona para una cumbre hispano-francesa junto al presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, afirmó que el Gobierno no va a dar marcha atrás a la reforma.
"Si queremos ser justos entre las generaciones y salvar nuestro sistema de reparto, debemos hacer esta reforma", afirmó.