El Parlamento francés adoptó hoy de forma definitiva una proposición de ley que castigará con penas de cárcel y multas las terapias popularizadas por algunos grupos religiosos y de extrema derecha para tratar de modificar la orientación sexual de los homosexuales.
El texto, que después de una aprobación inicial por la Asamblea Nacional a comienzos de octubre continuó su tramitación en el Senado antes de que una comisión mixta de siete diputados y siete senadores se pusiera de acuerdo en la redacción final, crea un delito por "modificar o reprimir la orientación sexual o la identidad de género, real o supuesta".
Cuando ese comportamiento tenga como consecuencia una alteración de la salud física o mental de la persona sobre la que se actúa, se castigará con una pena de dos años de cárcel y 30.000 euros de multa.
Además, el castigo aumentará a tres años de prisión y 45.000 euros de multa cuando se actúe sobre un menor, sobre una persona sobre la que se tiene autoridad o que está en situación de precariedad o sufre alguna deficiencia.
La nueva ley, que para entrar en vigor tendrá que ser promulgada, se presentó a iniciativa del partido del presidente francés, Emmanuel Macron, y ha contado con el apoyo de su Gobierno y el respaldo de todos los partidos.