Francia conquista el Europeo de balonmano diez años después

Francia acaba de ganar su cuarto Europeo al derrotar 33-31 a Dinamarca en la prórroga de una final épica en la que los daneses no acertaron a aprovechar su momento ni en la segunda parte del tiempo reglamentario ni en la primera de la prórroga.

La final del Lanxess Arena no defraudó. La primera mitad tuvo tres partes. Una de tanteo antes de que Dinamarca, apoyada en un estelar Emil Nielsen, despegara, y después, una última de poder a poder con las armas desplegadas por ambas partes. Con alternancia en el marcador y empate a 14 al descanso.

La portería danesa y la primera línea escandinava con Simon Pytlick y Mathias Gidsel podían, si el cansancio les permitía, desempatar un encuentro que se presentaba igualadísimo. El arranque, sin embargo, no vio aparecer a esas figuras y sí con Francia, ordenada por la dirección de Nadim Remili, atinada buscando a Ludovic Fàbregas en la segunda línea.

El choque llegó al 6-4 a favor de los bleus, superados en los siguientes minutos con un parcial de 0-5 que volteó el escenario por completo: el gran culpable, el portero Emil Nielsen, que en el empate a 6 había detenido ya otros tantos balones al ataque francés.

Con la sucesión de paradas del guardameta danés del Barça, que en este Europeo constató el cambio de guardia en la portería de Niklas Landin, Dinamarca consiguió abrir pequeñas brechas.

Dinamarca no se iba en el marcador por culpa de errores en ataque e incapacidad de aprovechar cuando Francia se quedó con dos jugadores menos. A los 18 minutos, el portero galo Samir Bellahcene se deshizo de la presión de ver al de enfrente atajar balones con su primera parada. Las tornas empezaban a cambiar.

La entrada de Prandi en el campo en esos compases del primer acto trajo consigo una defensa más pegajosa para la primera línea danesa, que no circulaba con fluidez. Cambiaba una de las claves del choque, el ritmo de los ataques. Francia buscaba una circulación más pausada, con más seguridad; mientras la seguridad a Dinamarca se la daba la velocidad. Sobre todo a Gidsel y Pytlick. Y correr al contragol con Jakobsen.

No lo conseguía en la antesala del descanso, cuando Francia restableció la igualdad (9-9, minuto 21). A partir de ahí, la alternancia en el marcador y la aparición de una de las figuras que como Mathias Gidsel sería claves en la reanudación.

Mal arranque galo

Un mal regreso de Francia –cinco minutos sin ver portería (más dos del final de la primera parte)– provocaron que Dinamarca, liderada por un estelar Gidsel, tomara una renta de tres goles en un visto y no visto.

Quinto gran campeonato consecutivo en el Siete Ideal con solo 24 años, el jugador del Füchse Berlin se enfrentó uno contra uno contra los cuatro hombres del centro de la defensa gala. Una imprevisión que desajustaba la zaga de los de Guillaume Gille.

Sin perder los papeles, la selección gala superó el bache y terminó de reducir la desventaja. Con Prandi de nuevo en la cancha, recuperó la ventaja: 25-24 a seis minutos del final. Nikolaj Jakobsen pidió tiempo muerto y ordenó atacar con siete jugadores. La nueva táctica y una parada clave de Niklas Landin en portería les permitió remontar en tres minutos (25-26), aunque para matar a Francia hay que aniquilarla varias veces. Empate a 27 y prórroga.

Empezó una Dinamarca cada vez más cansada al mando, pero Francia respondía a cada avance danés hasta que Dika Mem, desacertado ante la portería durante la gran mayoría del partido, firmó el 30-29 y el 31-29 que al fin y a la postre resultaría decisivo junto a una nueva aparición brillante de Prandi.

Palicka se reivindica

En el duelo previo a la final en el Lanxess Arena que fue una fiesta completa durante la tarde que cerró un memorable Europeo con más de un millón de espectadores, Suecia se fundamentó en un colosal Andreas Palicka, que se ha quedado fuera del Siete Ideal en detrimento de su rival Andy Wolff. El guardameta sueco se reivindicó con 19 paradas y fue clave durante el choque por el tercer puesto contra Alemania (34-31). El equipo que dirige el que fuera mítico jugador del Bidasoa Irun Alfred Gislason pagó en exceso todo el terreno cedido en la primera parte, que terminó 18-12 tras llegar a ir 14-7 en el minuto 22.