El Gobierno francés anunció este viernes que a partir del 28 de febrero la mascarilla dejará de ser obligatoria en el interior de aquellos locales que exijan el pasaporte de vacunación para entrar.
En aquellos sitios donde no se pida ese certificado, así como en los transportes, la mascarilla seguirá siendo obligatoria, apuntó el Ministerio de Sanidad en un comunicado.
El pasado 2 de febrero se dejó de exigir la mascarilla en exteriores en el país, pero las autoridades sanitarias francesas siguen recomendando su uso cuando haya grandes concentraciones de gente.
También se ha aligerado el protocolo exigido para los casos contactos de coronavirus. En lugar de los tres test actuales, el primer día, el segundo y el cuarto, solo se deberá hacer una prueba, ya sea test de antígenos o PCR, el segundo día de saber que se ha estado en contacto con un contagiado.
El Ejecutivo siguió así las recomendaciones del Alto Consejo de Sanidad Pública debido a la mejora de la situación sanitaria.
Según datos de la web covidtracker, con una media que se remonta al pasado 7 de febrero, se están registrando en Francia unos 207.431 positivos diarios, un 34 % menos que la semana anterior, mientras que hasta este jueves los ingresos diarios en unidades de cuidados intensivos habían caído un 6 % en una semana. La mejora de la situación también ha permitido levantar algunas restricciones en las escuelas.
A partir de la vuelta de las vacaciones, que según las zonas tendrá lugar el 21 y 28 de febrero o el 7 de marzo, los alumnos de primaria ya no tendrán que llevar mascarilla en el patio durante el recreo.
El número de test necesarios si el alumno es caso contacto también pasará de tres a uno, y los niños podrán volver a practicar deporte en interiores sin mascarilla, salvo en el caso de los deportes de contacto.
Con estos cambios, según indicó ante la prensa el ministro de Educación, Jean-Michel Blanquer, se busca que haya mayor "coherencia" entre las restricciones vigentes para la población en general y los alumnos.