Una táctica muy habitual de los conductores que quieren evitar la multa a su paso por un radar de detección de la velocidad es, cuando se conoce su ubicación, circular a más velocidad de la permitida haciendo caso omiso de las reglas y en el momento de toparse con la caja del radar dar un brusco frenazo para pasar ante el detector de velocidad sin superar el límite marcado por las señales de la carretera.
La sola presencia de las cajas de radar es un acicate para que los conductores levanten el pie del acelerador durante un considerable tramo en el que esté señalizado la presencia de un radar.
Pero Tráfico se ha marcado como objetivo contra aquellos conductores que superan habitualmente los límites de velocidad de las carreteras y frenan con contundencia cuando detectan la presencia de un radar para evitar la consiguiente multa.
Una práctica peligrosa para tu seguridad y la de los conductores que circulan detrás. Y además que puede conllevar una multa.
Este es un comportamiento cada vez más habitual potenciada por el uso de Google Maps y otras aplicaciones de navegación que nos facilitan información en tiempo real sobre la presencia de un control de velocidad móvil o de un radar fijo.
Por ello la DGT recurre a dos métodos para sancionar el comportamiento de estos conductores y recurre a los conocidos como radares en cascada y también a los radares de tramo. En resumen, dos radares claramente antifrenazos.
Los radares en cascada consisten en la colocación de dos cinemómetros en la misma vía y en la misma dirección, separados no más un kilómetro entre sí. De esta forma se consigue que si adviertes el primero y frenas el conductor tiende a relajarse tras sobrepasar el control y pisar de nuevo el acelerador. Es entonces cuando será será pillado por el segundo radar.
Los radares de tramo se basan en la medición de la velocidad media que ha llevado un coche durante un tramo concreto, no en el momento de pasar junto a radar. Para ello se coloca un lector de matrículas al inicio de ese tramo concreto y otro al final. Al registrar la hora de paso por el principio y por el final del vehículo, además de la longitud del tramo, el aparato de la DGT elabora la media y si es superior a la velocidad permitida emite una sanción ya que en ambos procesos ha quedado registrada la matrícula del infractor.
Si tienes la tentación de pegar un frenazo antes llegar junto a la caja del radar recuerda que Tráfico está extremando las precauciones para cazarte y que las sanciones por exceso de velocidad conllevan una sanción económica de entre 100 y 600 euros, así como la retirada de hasta 6 puntos de carné de conducir.
Ten en cuenta además que el Reglamento de Circulación establece que "salvo en caso de inminente peligro, todo conductor, para reducir considerablemente la velocidad de su vehículo, deberá cerciorarse de que puede hacerlo sin riesgo para otros conductores". Además dice textualmente que "estará obligado a advertirlo previamente del modo previsto en el artículo 109 -accionando de forma reiterada la luz de freno- , sin que pueda realizarlo de forma brusca, para que no produzca riesgo de colisión con los vehículos que circulan detrás del suyo”.
Frenar de manera irregular, es decir, incumpliendo lo anterior, se considera infracción grave y puede conllevar multa de 200 euros, sin pérdida de puntos.