La crisis existencial se describe como un conflicto interno que surge cuando pensamos que la vida carece de sentido, cuando nada nos motiva y nos sentimos perdidos e infelices. Teniendo en cuenta que el trabajo ocupa un lugar central en nuestras vidas, es fundamental preguntarse si estos sentimientos derivan del ámbito profesional y de la dirección que hemos tomado, y cuestionarse profundamente si queremos seguir por el mismo camino.
Experimentar una sensación de vacío, de insatisfacción laboral y sentir que el trabajo no está alineado con nuestros valores personales y con nuestro ser, puede desencadenar en una inmensa frustración no solo profesional sino vital.
¿Cómo superar esta crisis? ¿Cómo podemos recuperar las ganas y volver a darle sentido a nuestra existencia? Aquí van 5 pasos clave para enfrentar esta crisis profesional.
1. Parar
Lo primero que tenemos que hacer es parar y reconocer que algo no está bien. Identificar y darle nombre a nuestros sentimientos y a lo que nos ocurre es imprescindible para poder salir adelante.
Puede parecer algo simple, pero ¿cuántas personas ignoran su malestar y siguen con su día a día como si nada? Admitir que estamos sumidos en una crisis existencial, aunque nos dé miedo, es una gran muestra de honestidad y de amor propio. Busca ayuda si lo necesitas.
2. Observar
Esta es una de las etapas más importantes. A menudo, tras darnos cuenta de que algo nos pasa, nos decimos: “Vamos a ver qué hago con mi vida”, y miramos hacia fuera, buscamos respuestas en el exterior cuando lo primero que deberíamos hacer es mirar hacia nuestro interior, es ahí donde está la solución.
Lo que necesitamos es hacer una introspección, un viaje hacia nuestras creencias y miedos y cuestionarnos si aquello en lo que hemos creído a ciegas durante años es realmente cierto o no.
Los mensajes que nos han llegado en la infancia, adolescencia y madurez moldean nuestras decisiones, nuestra actitud y el modo en que interpretamos el mundo, pero muchas veces son creencias limitantes, convicciones profundamente arraigadas que restringen nuestro potencial y nos impiden alcanzar nuestras metas.
Desmontarlas, trabajar en el autocuidado, fortalecernos internamente y abrazar nuestros talentos, pasiones, dones, conocimientos y experiencias nos dará seguridad para comprender nuestra vocación.
3. Desarrollar
Para dejar de sentir frustración, una vez hemos trabajado en nosotros, hay que seguir explorando lo que nos hace felices y sentar las bases de aquello que deseamos profesionalmente: qué valores son importantes, qué actividades y tareas disfruto haciendo, qué áreas me apasionan, cuál es la huella que yo quiero dejar en el mundo, qué me hace sentir motivado o qué desafíos estoy dispuesto a enfrentar.
De este modo, iniciamos un cambio profesional sentando las bases de lo que queremos, diseñando el marco en el que deseamos trabajar y teniendo claro lo que realmente nos apasiona.
4. Elegir
Llegado el momento de materializar nuestro propósito, ahora sí, hay que mirar hacia fuera y estudiar las diferentes posibilidades que el mercado laboral nos ofrece. Para unos será buscar un nuevo trabajo alineado con sus valores y vocación, para otros podrá ser comenzar su propio negocio y para otros, poder aportar a una empresa ya establecida desde el intraemprendimiento.
Tomar esta decisión será mucho más sencillo después del proceso de autoconocimiento que se ha llevado a cabo.
5. Realizar
Es el momento de accionar nuestro plan y poner en práctica todo lo aprendido. Durante este proceso, es normal enfrentar temores, dudas, falta de confianza o incluso el síndrome del impostor. Aquí es donde el trabajo de fortalecimiento interno realizado en los primeros pasos resulta vital. Sin habernos enfrentado a nuestras sombras y sin haber construido una relación sólida y saludable con nosotros mismos, no podríamos confrontar estas emociones negativas que puedan surgir.
Reto de superación
Reinventarse profesionalmente puede ser un desafío, pero las grandes acciones requieren de decisiones incómodas. Emprender el camino hacia la superación de la crisis existencial no siempre es fácil, pero es un viaje que merece la pena.