"Fue más duro el covid que el cáncer". Lo dice Nieves Gómez, una vecina de Leioa de 59 años que, tras ser operada de dos tumores de mama en 2017, se contagió de coronavirus en el inicio de la primera ola. "Fue la peor semana de mi vida. Yo estaba en casa agotada, con mucha tos y fiebre, y mi hija, con 20 años, ingresada con neumonía. Tenía miedo, pero más por mi hija que por mí", confiesa. Pese a todo, la pandemia no la ha paralizado. De hecho, hasta se ha ido de viaje a Rumanía con las amigas.
Echando la vista atrás, Nieves recuerda cómo un mes antes de estallar la pandemia "hacíamos risas con el covid". "En los carnavales de Algorta había mogollón de gente disfrazada y que en China hubieran cerrado una ciudad entera nos parecía una película de ciencia ficción. De repente, eres la prota de esa película, estás en casa sola, no sabes qué hacer y no quieres agobiar a nadie. Esa semana fue superdura, ni el cáncer", reitera.
"Físicamente estás mal, sin fuerzas ni ganas de nada, como una mala gripe. Todo era incertidumbre, no se sabía nada, había un caos social y gente que se estaba muriendo ya. Imagínate que todo eso pasa con tu hija en un hospital y la médico te llama y te dice que le están poniendo el tratamiento de los chinos porque ellos no tienen una experiencia previa", relata su angustia. "Ahora ya hay mucho más conocimiento y sabemos a qué atenernos, pero entonces fue totalmente devastador", reconoce.
"Era todo totalmente caótico"
Ni Nieves ni su hija saben a día de hoy dónde y cómo se infectaron. "Lo cogimos las dos a la vez y no sabemos si fue mi hija en la uni o fui yo, que había estado en Vitoria trabajando cuatro días antes y se decía que allí había mucho covid", especula. Lo cierto es que el mismo día en que se declaró el estado de alarma, el 14 de marzo de 2020, ella terminó aislada en casa y su hija, ingresada.
Nieves Gómez. Vídeo: Oskar M. Bernal
Aquel sábado Nieves tenía bastante fiebre y acudió al ambulatorio de Las Arenas. "Fue el día que declararon la pandemia. Era todo totalmente caótico. Tenía 39 de fiebre y me tuve que tumbar en el suelo porque no podía estar sentada en la silla. Al final, me llevaron al hospital de Urduliz", cuenta, como si fuera ayer. "Me metieron a un box y, como tenía antecedentes de cáncer, me hicieron la PCR, que entonces no le hacían a nadie, y di positivo", señala. "A mi hija, que tenía dolor de tripa desde hacía días, le hicieron una radiografía para ver si era apendicitis y le vieron la neumonía. Ella se quedó ingresada y a mí mandaron para casa", relata.
Con mascarilla en la cama
Nieves, divorciada, se vio sola en su domicilio de Leioa con un puñado de mascarillas y la instrucción de que tenía que desinfectar toda la casa. Las fuerzas le dieron para limpiar con agua y unas gotas de lejía su cuarto y poco más. "Estaba en la cama con la mascarilla puesta porque pensaba que si no, iba a infectar las sábanas", dice. "Apenas comí en cinco días, tenía mucha fiebre y unos ataques de tos tremendos. Te dicen: Si ves que te ahogas, vienes, pero ¿toser diez minutos seguidos es ahogarse? Estuve tan mal que una amiga me puso en contacto con una psicóloga y estuve hablando con ella hora y pico", detalla Nieves.
Al malestar físico se le sumaba la preocupación por su hija, que estuvo un par de semanas ingresada. "Yo daba el perfil de antecedentes por cáncer, el sobrepeso, la edad€, pero, sin embargo, la que estaba en el hospital era mi hija con 20 años. Se le había metido el bicho en los pulmones y a mí se me quedó en la garganta. Tuve miedo por ella, pero por el desconocimiento, porque entonces los médicos no sabían nada", explica Nieves.
"No pensé en la muerte"
Pese a haber padecido cáncer de mama y sufrir a día de hoy las secuelas, Nieves no temió por su vida cuando se contagió de coronavirus. "No pensé específicamente en la muerte como cuando te dicen: Tienes cáncer. Cuando te diagnostican, desde que te hacen la biopsia hasta que te dan los resultados, piensas mucho en la muerte y muy claramente. Con el covid era como un miedo menos personal, más social, era una pandemia", compara.
Una vez superado el covid, Nieves ha seguido exprimiendo la vida. "No he dejado de viajar, aunque he sido muy cuidadosa con las medidas de protección. Soy una persona muy positiva y no he pensado: Me toca todo. Me siento afortunada y agradezco la fuerza física y mental que tengo para superar las cosas malas. La vida es el regalo".