Iñigo Ruiz de Galarreta disputó el que al menos a corto plazo será su último partido con la camiseta del Mallorca contra el Athletic, por donde pasa su futuro después de que Javier Aguirre confirmara que el centrocampista eibartarra jugará la próxima temporada con el equipo bilbaino.
Como es obvio, los seguidores athleticzales pusieron el foco en la actuación de Galarreta, que esta campaña ha disputado 29 partidos (27 de liga y dos de Copa) con la camiseta del conjunto balear, en los que ha logrado una asistencia, y 27 de ellos como titular para sumar un total de 2.381 minutos. Es decir, es una de las piezas importantes del Mallorca. El envite era por tanto una ocasión de contemplar al primer fichaje anunciado, aunque solo sea por la parte ajena, del Athletic de cara a la siguiente campaña.
“El año que viene estará cerca de casa, en el equipo de sus amores –el Athletic–, de donde surgió. Es una decisión, la suya, que me duele en el alma y que creo que también va a afectar a todo el mallorquinismo, pero creo que es un jugador perfecto para los leones, esa es la verdad. Esta semana los compañeros han bromeado con él por el partido que afrontamos. Íñigo merece nuestro respeto, es un chico al que vamos a extrañar”, manifestó el técnico mexicano.
El eibartarra centró su tarea en las labores de contención. Si bien, se pudo ver su clarividencia en un pase a Amath que terminó con el esférico estrellado contra la zona exterior del poste. No obstante, el centrocampista, un jugador muy querido en el Mallorca, tuvo la mala fortuna de detener con el brazo un disparo de Raúl García en el último minuto del partido. Ironías de la vida, Galarreta propició que el equipo bilbaino rascara un empate que el propio Iñaki Williams calificó de inmerecido.
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