El hecho de que el tiempo típico del verano no termine de llegar a Euskadi no afecta sólo a quienes ven truncados sus deseos de ir a la playa. Los cultivos, que necesitan agua para salir adelante, acusan el exceso de lluvias con un impacto directo en las cosechas, que se retrasan. De ello ha hablado hoy en Onda Vasca María Alcántara, responsable de legumbres y calidad de la cooperativa Garlan: "Las temperaturas han sido muy bajas estas semanas, no hemos pasado de 20 ó 22 grados, y eso ha hecho que la maduración final tarde un poco más de la cuenta. Otros años por estas fechas llevaríamos 15 días cosechando", explica.
Puesta en marcha en 1986, la cooperativa Garlan lleva desde entonces impulsando la agricultura alavesa. Su principal fortaleza es, precisamente, estar agrupados: "Para los socios, estar en una cooperativa te da acompañamiento, un seguimiento a tus cultivos. De cara a los cambios normativos que se están dando, sabes que tienes una cooperativa detrás que te asesora, acompaña e informa, para que tú puedas dedicarte a estar pendiente de tu explotación".