Gasteiz, por los sucesos del 3 de marzo cuando fueron asesinados cinco obreros por disparos de la Policía; Eibar, la primera localidad donde se proclamó la República; la prisión de Saturraran, que fue una cárcel franquista de mujeres entre 1938 y 1944; el puente Avenida en Irun, vía de escape sobre el Bidasoa, y el fuerte de San Cristóbal en Nafarroa, usado como penal militar en el contexto de la Guerra Civil, serán reconocidos este año como lugares de memoria.
Las celebraciones por el 50 aniversario de la muerte de Franco, bautizadas España en libertad, arrancaron la semana pasada con un amplio programa de actividades diseñado por el Gobierno español que se extenderá a lo largo de 2025. El Ejecutivo aprovechará para comenzar a tramitar el reconocimiento de más de treinta lugares de memoria, una figura recogida en la Ley de Memoria Democrática de 2022 y que se ha aplicado ya a una veintena de casos, como el Valle de Cuelgamuros o el casco urbano de Gernika.
El objetivo es identificar y proteger aquellos lugares o acontecimientos históricos vinculados a hechos “de singular relevancia para la memoria democrática” de España, según aparece en la página web espanaenlibertad.gob.es. La misma recoge la programación prevista por el aniversario de la muerte de Franco –un escape room itinerante para conocer el pasado reciente, música, exposiciones o la publicación de informes especializados y cómics–, así como la propuesta de nuevos lugares de memoria democrática.
Uno de los primeros hechos que Moncloa promoverá como lugar de memoria es la matanza de los abogados de Atocha, en la que cinco personas vinculadas a CCOO y el Partido Comunista fueron asesinadas el 24 de enero de 1977 por pistoleros de extrema derecha, lo que marcó la Transición en España.
El Gobierno español también impulsará como lugar de memoria otros momentos históricos relevantes, como la proclamación de la Segunda República el 14 de abril de 1931, las grandes manifestaciones a favor de la democracia tras el fallido golpe de Estado del 23 de febrero de 1981 o los sucesos de Gasteiz de 1976, cuando murieron cinco obreros al desalojar la Policía una asamblea de trabajadores del metal.
Esta propuesta incluye eventos deportivos como los juegos olímpicos de Barcelona de 1992. Además, se prevé impulsar como lugar de memoria hitos de la historia reciente de España, como la Constitución de 1978 o la “consecución de derechos sociales y la construcción del estado del bienestar”.
Como ejemplo de la descentralización del Estado español, reconocerá como lugar de memoria el Estatuto de Autonomía andaluz. Para reivindicar la libertad de expresión, hará lo propio con el Diario Madrid, que se vio obligado a cerrar en 1971 tras múltiples sanciones y multas por parte del régimen franquista. También hay propuestas que afectan a celebraciones universales, como el Día Internacional de la Mujer del 8 de marzo.
Emblemáticos
Esta nueva tanda de lugares de memoria incluye principalmente espacios físicos, algunos de ellos muy genéricos y todavía por definir, como los relacionados con el 600 aniversario de la llegada del pueblo gitano al Estado o los que han marcado el ecologismo.
Sin embargo, la mayoría de enclaves son lugares muy concretos y cargados de significado, como el Congreso de los Diputados, la comisaría de Via Laietana (Barcelona), la tumba del poeta Antonio Machado en Colliure (Francia), la Residencia de Estudiantes (Madrid) o el campo de concentración de Djelfa (Argelia).
A todos ellos se suman otros enclaves vinculados a la memoria democrática española como la prisión de Saturraran en Gipuzkoa, la mina de la Camocha (Asturias), el fuerte de San Cristóbal cercano a Iruñea, el pazo de Meirás (A Coruña) o la colonia agrícola penitenciaria de Tefía, en Fuerteventura.
Tras conocer los reconocimientos que afectan a Euskadi, la delegada del Gobierno en la CAV, Marisol Garmendia, dijo que supone “un acto de justicia y reconocimiento para recuperar la memoria de los miles de hombres y mujeres que lucharon por la libertad y la democracia”.