Con motivo de la celebración este pasado viernes del Día Mundial de las Mujeres Rurales, la asociación de mujeres Txirin Txirin y el servicio de Igualdad del Ayuntamiento de Gatika organizaron ayer domingo varios actos conmemorativos en el municipio para reivindicar el papel de las mujeres rurales y su importancia durante generaciones en una localidad que cuenta con un destacado carácter rural.
De esta manera, rindieron un homenaje simbólico repleto de sentimiento plantando un árbol e instalando una placa con una inscripción que reza Gatikako emakume baserritar guztien omenez junto a la nueva rotonda ubicada frente al edificio consistorial. Al mismo tiempo, tres bertsolaris brindaron sus bertsos en honor a las mujeres baserritarras y se plantó un árbol autóctono. Concretamente, se trata de un espino blanco adquirido a Bertoko Basoak.
"Creemos que es importante evidenciar también este día para recordar el trabajo que han realizado y realizan día a día las mujeres en el entorno rural, también las gatikarras. Queremos transmitir a las próximas generaciones los valores que ellas nos han inculcado y que, al igual que el espino blanco que hemos plantado, su trabajo perdure", destacó la alcaldesa de la localidad, Onintze Amezaga.
Por su parte, la presidenta de la asociación de mujeres Txirin Txirin, Araceli Otazua, subrayó la importancia de la mujer baserritarra en el municipio: "Mi abuela, mi madre, etc., todas han sido baserritarras e incluso la mujer trabajaba más en el campo porque los hombres igual tenían que ir a trabajar fuera y la mujer ejercía como sostén de toda esa actividad rural para el sustento de la economía familiar".
Por ese motivo, las integrantes de la asociación, mediante este acto, quisieron reivindicar su papel y visibilizar a la mujer baserritarra. "Queremos que se visualice a las mujeres que trabajan en el campo y a las que han trabajado", expuso recordando su labor durante décadas. En este sentido, Otazua manifestó que desde la asociación tratan de impulsar anualmente actos conmemorativos de este tipo para seguir destacando y poniendo de relieve el trabajo en femenino.
En concreto, por décimo año consecutivo, este pasado viernes, 15 de octubre, en Euskadi se celebró el Día Internacional de las Mujeres Rurales, organizado por la Comisión de Mujeres Rurales y el departamento de Desarrollo Económico y Competitividad del Gobierno vasco.
El lema escogido este año para representarlo fue Mujeres rurales, construyendo futuro y, entre otros, se abordaron diversos temas que van desde la calidad de vida en las zonas rurales, la participación y el asociacionismo como herramientas de desarrollo rural, así como los relacionados con la economía rural, con las oportunidades y debilidades del medio rural para emprender y desarrollar una empresa rural.
Sobre esta línea, el Día Internacional de la Mujeres Rurales es una jornada de celebración pero, sobre todo, de encuentro, intercambio de impresiones, ideas y opiniones y espacio de trabajo común del que podamos obtener soluciones o nuevas formas de construir el futuro de las mujeres rurales.
Feria ecológica
En paralelo a este homenaje, en Gatika se celebró la octava edición de la feria ecológica organizada por la asociación Baratzea. Un espacio donde los asistentes adquirieron verduras, lácteos, miel, pan, cerveza, mermelada, artesanía, chocolate, cremas, pizza ecológica, bioconstrucción... Precisamente, algunos de los integrantes de Baratzea, que en la actualidad cuenta con una veintena de socios, prepararon pizzas de verdura con gran éxito entre el público. "El secreto está en el horno. Lo construimos nosotros mismos hace diez años reconvirtiendo un bidón de aceite", explicaron los responsables de esta agrupación que promueve comer y consumir más sano, más rico y más justo. Así, entre sus objetivos, figura el impulso al consumo de productos ecológicos y de cercanía mientras apuestan por un día a día cómplice con el medio ambiente, la sostenibilidad y un modelo económico responsable de cara a las futuras generaciones.
De la misma forma, otro de los puestos que más éxito tuvo, sobre todo entre los más pequeños, fue el taller de cerámica donde los txikis aprendieron a crear sus propios elementos de barro como, por ejemplo, cuencos que después se llevaron a casa. Además, la feria estuvo amenizada con música de trikitixa y el colofón lo puso la actuación de La Basu, Elena Caballero, una de las cantantes más representativas del hip hop estatal.