Los trabajos de recuperación para la puesta en valor de las ruinas de Gazteluzahar comenzaron el pasado mes de mayo y ya han dejado sus primeras sorpresas. Y es que durante los trabajos de desbroce de vegetación y los movimientos de tierra para la conservación del monumento han salido a la luz nuevos restos arqueológicos ligados al yacimiento. En concreto, se trata de parte de la base del cubo norte de la fortificación, que no se preveía encontrar cuando comenzó la actuación.
El alcalde de Irun, José Antonio Santano, recordó ayer que los trabajos cuentan con un 50% de financiación que llega de las ayudas del 1,5% cultural del Gobierno de España. El primer edil justificó la relevancia de estas obras de conservación alegando que las ruinas de Gazteluzahar forman parte del grupo de cinco enclaves históricos de mayor relevancia con los que cuenta la ciudad, junto a la ermita de Santa Elena, el palacio de Arbelaitz, la casa consistorial y la iglesia del Juncal.
Durante la visita de ayer a Gazteluzahar con motivo del nuevo descubrimiento, los operarios continuaron con el proceso de desbroce de los cubos y lienzos de mampostería que conforman los muros del castillo. Esta tarea se está realizando manualmente a base de espátula, rasqueta, cepillo y chorreado de agua para evitar dañar los materiales originales.
Como representante de la empresa adjudicataria, Aznar Sánchez explicó que la intervención busca por un lado acondicionar las ruinas con el objetivo de que sean visitables, creando para ello recorridos peatonales tanto en el exterior como en el interior de las ruinas. En ese sentido, Sánchez hizo especial énfasis en el carácter reversible y no invasivo de la actuación, pues no se va a modificar ni reconstruir ningún elemento de la edificación original.
Con un presupuesto total de 601.754 euros, los trabajos cuentan con un plazo de ejecución de nueve meses, si bien desde la dirección de la obra estiman que finalizará hacia el mes de diciembre. l