EL bar forma una gran parte del rugby, casi como el campo de juego", dijo John TodderDickenson, un jugador inglés de rugby de los años cincuenta del pasado siglo que bien conocía, como tantos otros, los poderes del célebre tercer tiempo ligado a este deporte. En uno de esos encuentros tras el partido ganó fama aquella vieja reflexión que decía "si no puedes encontrar el resultado de nuestros encuentros en la página de deportes, inténtalo en los obituarios" aunque mucho me temo que fue la cerveza la fuente de inspiración de quien dijo algo así. No se sabe bien o se desconoce a ciencia cierta el origen del tercer tiempo, aunque hay dos versiones que tienen bastante peso. La primera se remonta a 1873 en la que tras un partido que enfrentaba a Escocia e Inglaterra, cuando los locales decidieron invitar a cenar a sus adversarios para no realizar el viaje de vuelta con el estómago vacío. La otra versión es de un complicado partido entre el Mullingahn School vs Farm College y donde el capitán local, Fergus W. Flanagan invitó a Dermont O'Flaherty, capitán del Farm College, y a todo el equipo a festejar con unas cervezas la lealtad para limar asperezas y el respeto por el juego. Cualquiera de las teorías es posible.
Viene a mi cabeza esta historia recién llegado de la inauguración de la nueva sede-bar del Getxo RugbyTaldea (el viejo club gualdinegro tiene 46 años de historia y este año contará con DEIA como bastón, como patrocinador oficial...), en el Patxeko Etxea de Algorta, allá en Bidebitarte, 9. La fiesta tuvo lugar anoche, con ríos de cerveza por la barra, proyecciones del viejo rugby y plásticas fotografías que decoraban la pared. Vista la intensidad del encuentro bien pudiera hablarse de un tercer tiempo por adelantado.
Allí se encontraron el presidente del club, Alaitz Bollegi, con el dueño del local, Alonso Patxuko, como capitanes de sendos equipos: el de los santos bebedores y el de los fornidos búfalos del rugby. Cualquiera de las dos formaciones eran irreconocible en una tarde noche cargada de ilusión y de pintas bien tiradas. Entre trago y trago oí la historia. Al parecer la tradición atribuye la invención del rugby a William Webb Ellis, un estudiante de teología del Colegio de Rugby y el trofeo que se entrega a los ganadores de la Copa del Mundo de Rugby lleva su nombre. El hecho es recordado en una lápida mural de la public school de ese municipio británico. En ella puede leerse algo así como "Esta piedra conmemora la proeza de William Webb Ellis quien, con fina desobediencia de las reglas del fútbol como se jugaba en su tiempo, tomó primero el balón en sus brazos y corrió con él originando así la distintiva característica del juego de rugby A.D. 1823". Honor a esa fina desobediencia, susurraba quien lo contaba.
A la cita no faltaron, además de los ya citados, Julen Arana, Joseba Aranguren, a quien el rugby vasco le conoce como Moratxo, Mikel Etxeandia,, Pablo Santiago, Mikel Andelle, Gontzal Roscales; el director de desarrollo de DEIA, Kike Hermosilla; la capitana Bárbara Pla, Silvia Laherrán, Jon Ander Cuétara, Garazi Goikolea, Amaia Peña, Haizea Serrano, Ana Masa, Diana Alimena, Lili Riley, Aitziber Tamara, Nieves Ramírez, Irati Allendee, Bea Sever, Nora Otoxoa; el rugbier Mikelats Rodríguez, Iñigo Viteri, Aitor Aranguren, Alex Etxebarria y Aitor Arrieta entre otros. Junto a ellos brindaron, por una larga vida para el Getxo Rugby y a este noble deporte de caballeros, Aitor Martínez, Jon Garaizabal, Iñaki Askalza, Nagore Beltrán, Ainhoa Etxebarria, Iñaki Hernánez, Koldo Aranguren, Mikel Agirre, Idoia Garate, Gaizka Olabarria, Nekane Ugarte, Iñigo Azkarate y un buen número de gente amante del deporte, del Getxo Rugby o de las celebraciones con las barras abiertas de par en par. Antes de que llegase la tormenta todo era ya fiesta y más fiesta, puro ensayo alegre en la calle.
Inauguración de la nueva sede-bar del Getxo Rugby en Patxeko Etxea de Algorta, en la calle Bidebitarte, 9
Gente involucrada en el mundo del rugby se acercó a lo que bien pudiera considerarse un tercer tiempo por adelantado