La jugadora del FC Barcelona Gio Queiroz, cedida en el Levante, denunció "conductas abusivas" en su etapa con el conjunto culé al sentirse "acorralada de una manera abusiva" para que renunciara a la selección brasileña, asegurando que utilizaron "métodos arbitrarios" para "perjudicar" su vida profesional dentro del club.
"Recibí indicaciones de que jugar con Brasil no sería lo mejor para mi futuro en el club (...) Me estaban acorralando de una manera abusiva para que renunciara", explicó Gio Queiroz en una carta publicada en redes sociales.
La brasileña de 18 años expuso que fue sometida a un confinamiento "ilegal" por parte de los servicios médicos, alegando un presunto contacto estrecho con un caso positivo por COVID-19. "Como la orden de la médica era contraria al protocolo sanitario, contacté directamente con el Departament de Salut de Catalunya y pedí aclaraciones. La respuesta fue clara y contundente", dijo la jugadora.
Por ello, la delantera no viajó con sus compañeras a la final de la Copa de la Reina, aunque después de la cuarentena se desplazó con la selección a Estados Unidos. Según Queiroz, posteriormente habló con "el director del club" y afirma que fue "acusada de haber cometido una grave indisciplina y que, por ello, sería apartada del equipo y sufriría grandes consecuencias".
En la carta, la futbolista brasileña apunta que "no se puede aceptar ni tolerar la cultura del acoso y la violencia machista contra las mujeres". En su caso, llegó a la Ciudad Condal con 17 años, y afirmó sentirse "desprotegida" y vivir "situaciones humillantes y vergonzosas" durante meses dentro del club.
"El hecho de ser menor de edad no parece haber sido un impedimento, un dilema moral para mi agresor. Ciertamente actuó con la sensación de impunidad, de que contaba con la protección de su cargo dentro del FC Barcelona", comentó en el comunicado.
Así, la joven atacante expresó que el Barça "no es responsable directo de las conductas abusivas denunciadas", por lo que hizo pública la carta dirigida al presidente Joan Laporta. "Hoy quiero dar el primer paso para recuperar plenamente mi libertad y estabilidad emocional", añadió la jugadora, quien espera que la entidad actúe de manera "consecuente y transparente" e investigue y denuncie los posibles delitos a las autoridades pertinentes.
"Mi vida personal y profesional fue profundamente afectada por estas experiencias degradantes y negativas. Es probable que los recuerdos, el trauma y sus efectos duren muchos años. Viví muchos meses de angustia y tristeza, algo inimaginable cuando llegué al club", añadió Queiroz en los últimos párrafos de la carta.
"Las mujeres merecemos respeto y dignidad (...) Deseo que el club, a través de su presidente, se comprometa a implementar medidas efectivas para combatir este problema", reclamó en su documento.