El hombre acusado de violar a su sobrina en el domicilio familiar en el que ambos residían en una localidad del interior de Gipuzkoa ha reconocido este miércoles haber agredido sexualmente en al menos trece ocasiones a la víctima, que tenía entre 12 y 13 años cuando ocurrieron los hechos.
La Fiscalía considera que lo sucedido es constitutivo de un delito continuado de agresión sexual con penetración a una menor de 16 años por el que inicialmente reclamaba una pena de 18 años de cárcel para el acusado. No obstante, tras la confesión del procesado durante la vista y la práctica de otras pruebas confirmatorias de lo sucedido, el representante del Ministerio Público ha rebajado su petición de condena hasta los doce años, seis meses y un día de prisión, solicitud a la que se ha adherido la acusación particular, que ejerce la víctima.
Durante su breve declaración ante el tribunal, el encausado ha admitido ser responsable de las violaciones denunciadas por su sobrina, al tiempo que, a preguntas del Fiscal, ha manifestado hacer esta confesión "libremente". Por este motivo, ni la acusación particular ni la defensa han formulado ninguna otra pregunta al hombre durante su turno de interrogatorio.
A continuación, se ha proyectado en la sala la declaración prestada por la víctima durante la fase de instrucción como prueba preconstituida, trámite que ha tenido lugar a puerta cerrada, al igual que el testimonio que ha prestado luego su madre.
Seguidamente ha comparecido la tutora del colegio en el que estudiaba la menor cuando sucedieron los hechos, quien ha explicado que tuvo conocimiento de lo sucedido al preguntarle a la niña qué le ocurría, porque se dio cuenta de que ella "demandaba" su atención.
Inicialmente, la pequeña le decía que "no estaba bien" y que "quería marcharse", aunque posteriormente accedió a contarle las agresiones de este caso, que ha calificado de "muy duro" y del que ha dicho no haber vivido "nunca" algo parecido en sus 41 años de docente.
La tutora ha explicado también que el centro puso en conocimiento de la madre de la pequeña lo acontecido, así como de la orientadora docente, quien también ha testificado en el juicio, celebrado en la Sección Primera de la Audiencia de Gipuzkoa.
Según recoge el escrito de acusación provisional del Ministerio Público, al que ha tenido acceso EFE, los hechos sucedieron entre noviembre de 2020 y el 15 de abril de 2021, período durante el que el procesado aprovechó para "satisfacer" con ella sus "deseos sexuales" en más de una decena de ocasiones.
El primero de estos episodios tuvo lugar un día en el que la pequeña regresó al domicilio "con agujetas" después de haber practicado gimnasia y, aprovechando que estaba a solas con ella en la cocina, simuló hacerle un "masaje" en las piernas, tras lo que le levantó el jersey y le besó en los pechos.
Transcurrido algo de tiempo, cuando la pequeña se disponía ya a volver al colegio el hombre preguntó en el portal "a ver cuándo lo hacían".
El escrito de acusación relata a continuación distintas oportunidades en las que, a partir de aquel momento, el procesado mantuvo relaciones sexuales completas con la niña, "en contra de la voluntad" de la menor, cuando ambos estaban solos en la casa.
Unas ocasiones en las que le exigía "reserva y "le hacía ver que si no seguía accediendo a sus deseos con discreción" podría "ocurrir algo", lo que hacía temer a la pequeña "por la integridad física de su madre y de su hermano" con los que también convivían en el piso.
A consecuencia de estos hechos, la niña sufrió "afectación psicológica derivada de la situación padecida" que se concretó en "un cuadro ansioso depresivo reactivo a un estresor vital importante y amenazante".