Alberto Guzmán llega con la crónica social de la semana, destacando la oferta que ha recibido Iñaki Urdangarín.
Además, hablaremos de "la cara de acelga" que se le ha quedado a Victoria Beckham y de la docuserie que está preparando Netflix sobre Tamara Falcó.
Urdangarin 'chuta' a gol
Deportista de élite, duque (em)Palma(do), condenado en el 'Caso Nóos', preso, abogado y... ¿comentarista deportivo? Para lo bueno y lo malo, el extenso 'curriculum vitae' de Iñaki Urdangarin no deja de sorprender a propios y extraños. A quienes nunca confiamos en él y a los monárquicos que se enamoraron del balonmanista rubio, apuesto y de ojos azules. Al parecer, tras estallar su último escándalo amoroso habría recibido la oferta de un programa de televisión.
Tamara
Señoras, señores, llega un momento en el que en toda monarquía se produce un relevo, y príncipes o princesas desbancan a reyes y reinas con pulso severo. También, por supuesto, en los marquesados del papel couché. En esa acomodada dolce vita repleta de gente que nunca madruga en la que se mueve como pez en el agua Tamara Falcó. La cuarta hija de una Isabel Preysler cada vez más alejada del foco mediático. Esa chica dulce y risueña que estudió Comunication en Boston y que tanto ha sabido sacarse partido. De hecho, un nuevo proyecto está a puntito de poner en marcha: una docuserie sobre su vida que verá la luz en Netflix y que llevará por nombre La marquesa. Durante varias semanas, las cámaras acompañarán a Tamara, a su familia, y a sus usos y costumbres (de pija) para descubrir cómo es una de las mujeres más populares del mundo del corazón. Cómo late cuando escribe su libro de recetas, ejecuta sus colaboraciones televisivas y proyecta sus cada vez más frecuentes campañas publicitarias para marcas de lujo. Todo ello supervisado por una madre que ha cedido espacio chic porque en el fondo, como en las coronas, lo importante es mantener activo el negocio.
La dieta verde de Vicky Beckham
Está claro que si te quitas el pintxo de tortilla, la croqueta de media tarde, el gintonic del finde y la 'doble cheese bacon' de cada domingo pierdes peso. Pero... ¿qué mierda de vida te queda? He aquí el 'quid' de la cuestión. Sin duda, un cambio de hábitos a valorar, a deliberar, que a servidor no le merece la pena. ¡Para nada! Porque luciré unas cuantas chichas, está claro, pero también alegría de vivir. Una sonrisa vital que se esfumó hace años del rostro de la 'spice pija'.