Gorbea por las canteras por la senda Eguillolarra

Una de las tradiciones navideñas y sobre todo de fin de año es la subida al Gorbea. Este coloso, el cual presenta subidas variadas tanto desde Álava como desde Bizkaia es uno de los montes icónicos e imprescindibles de la montaña vasca y acapara un buen número de ascensiones año tras año.

DESCRIPCIÓN 

El parque natural del Gorbea es uno de los más importantes de nuestro territorio. Con unas 20.000 hectáreas de superficie entre Bizkaia y Araba tenemos una gran diversidad de paisajes. Desde cumbres y cimas de lo más variopinto a nacederos, dólmenes, caseríos de montaña y como no praderas amplias y bosques espectaculares. Todo ello hace de este parque natural el motivo idóneo para descubrir un montón de rutas por sus parajes.

La excursión que hoy nos traemos entre manos es la más icónica de todas, no en vano vamos a subir al techo del parque, al Gorbea. Una cima que se eleva hasta los 1482 metros, lo cual nos permite, si nos deja la niebla, ver un extenso abanico de cimas. Entre las importantes destacamos Aldamin, Lekanda o Gorosteta pero nuestros ojos en un día claro pueden ver Amboto, Udalaitz, Tologorri, Aizkorri y muchas más. Arrancamos desde el parking de las canteras, una vez que hemos sobrepasado la localidad alavesa de Murua y por la angosta carretera que pasa por los embalses del Gorbea llegamos a sus inmediaciones. A pesar de que esta vertiente sur del Gorbea nos brinda los perfiles más cómodos para su ascensión también existen otras rutas más impetuosas como esta que hoy abordamos, la senda Egillolarra, la cual como otras muchas era usada en tiempos pasados por pastores, canteros, leñadores, carboneros, que buscaban recursos en la naturaleza. Estas sendas eran su camino a sus lugares de trabajo en el monte.

Al inicio de la misma se trata de un ancho camino que recorre un precioso bosque bastante frondoso donde encontramos robles, hayas, castaños, entre otros árboles. Vamos por el barranco de Asunkorta y un poco más tarde tenemos una privilegiada visión de las canteras con el Oketa, o Gorbea Txiki de fondo. El camino discurre tranquilo por la pista tan solo roto por el crujir de la hojarasca en nuestro andar hasta que llegamos a un cruce.

En este cruce tomamos la opción de la izquierda. Si nos hubiéramos decantado por la otra opción, ir a la derecha nos dirigiríamos a la cueva de Mairulegorreta. Se puede ampliar la ruta hasta ella, visitarla y volver sin problema. Seguimos, por tanto, por el bosque cuando ahora arrancan las rampas más exigentes. Por lo menos vamos sobrellevándolas de la mejor forma posible gracias al entorno tan espectacular por el que transitamos. Naturaleza en estado puro en lo que estamos atravesando. Árboles, matorral, hojas, ramas, piedras, sendero, todo se mezcla de forma armoniosa para dejarnos una estampa impresionante.

Justo cuando parece que no dejamos de subir afrontamos en un rellano un pequeño descanso, pero no es más que la calma que precede a la tempestad ya que de nuevo se pone muy empinado el camino, el cual se suaviza justo en el momento de salir del hayedo.

Parece por un momento que hemos cambiado el paisaje por completo ya que pasamos del amparo de los árboles a la luminosidad del terreno despejado. Transitamos, con la vista fijada en la cima donde por momentos podemos ver la cruz, por un terreno de matorral bajo, todo lo contrario que hasta ahora. Lo que si se mantiene es la dureza del terreno, siempre cuesta arriba. Finalmente enlazamos con la pista que sube desde Murua/Zarate para encarar el ultimo repecho y llegar por fin a la tan ansiada cima.

Estamos en el Gorbea. Se trata del monte más alto y popular de las provincias de Araba y Bizkaia, por hacer de muga entre los dos territorios. En la cima se sitúa el vértice geodésico núm. 8700 con el nombre "Gorbea" y cota 1481,368 m constituida sobre la mesa de orientación. Además, la propia cruz de Gorbea. Sobre ella, justo bajo la cruz se ubica, en un pedestal, la imagen de la virgen de Begoña. Ese pilar es la muga entre los términos Zeanuri y Zuia y que expresa el límite de las provincias de Araba y Bizkaia. Existe una placa que identifica este mojón divisorio, de tal modo que la cumbre queda exactamente entre los dos territorios.

Tras reponer fuerzas, si el tiempo lo permite, en la redondeada loma que hace de cima, nos encaminamos de regreso. Podemos recargar nuestros depósitos de agua en la fuente natural justo debajo de la cruz y una vez andado el terreno hasta el cruce de pistas que hacíamos anteriormente referencia, tomamos la pista contraria a la que hemos usado para subir. Se suceden los tramos con árboles con terreno despejado. En nuestra bajada dejamos de lado la senda que lleva a Zarate y pasamos antes por las cimas de Arroiano y Pagazuri. Se trata de un descenso sencillo con algunos tramos de pequeños senderos donde podemos atajar en lugar de seguir las eses de la pista. Finalmente, justo en el momento que llegamos a un conjunto de árboles, con terreno llano y donde la pista se dirige con giro cerrado a la derecha, la abandonamos.

Tomamos a la izquierda para atravesando un bosque continuar nuestra bajada con el Oketa enfrente. No perderemos en ningún momento dicha referencia mientras nuestros pasos nos dirigen al final de esta espectacular ruta. Gorbea siempre sorprende, siempre nos maravilla. Siempre es buen momento para ascenderlo, pero es especial hacerlo el último día del año ya que además de nosotros mucha gente tiene la misma idea y es muy bonito ver muchas cuadrillas de personas de todas las edades despidiendo el año de una manera muy nuestra. En el monte.