Gorka Andikoetxea (Bilbao, 6 de septiembre de 1995) es un chico asequible, que dice ser tímido a la hora de ponerse delante de una grabadora, pero más lejos de la realidad. Lo hace y se suelta en sus reflexiones. Es una referencia del Deusto, el equipo del barrio donde nació, donde vive y donde trabaja, y, miel sobre hojuelas, ocupa la cuarta plaza del grupo IV de Tercera RFEF, o sea, en zona play-off, con el valor que ofrece. “La mejor cualidad que tenemos es el bloque, el propio vestuario. Es una plantilla joven, larga, comprometida y cualquiera que juega aporta”, afirma.
No le van mal las cosas al Deusto, que es cuarto, en puestos de ‘play-off’, a falta de nueve jornadas para el cierre de la liga. ¿Se esperaban esta situación?
—Sí. Es verdad que el objetivo al inicio de la campaña residía en hacerlo lo mejor posible, pero una vez que arrancas bien, intentas seguir con esa inercia y, a medida que van pasando las jornadas, te los vas creyendo. Quieres aguantar ahí y estamos muy satisfechos.
¿Qué tiene este Deusto?
—Creo que la mejor cualidad que tenemos es el bloque, el propio vestuario. Es una plantilla joven, larga, comprometida y cualquiera que juega aporta. Esa es la clave, además del trabajo del día a día. Tenemos un gran staff técnico, unos directivos que suman...
O sea, son una especie de cuadrilla.
—Sí, se podría decir que somos una cuadrilla. Al final, somos chavales jóvenes, que compartimos el gusto por el fútbol y otras cosas de la vida. Eso ayuda a ser más comprometido con el grupo.
¿Y se van de cena tras los partidos?
—Cuando toca, toca. Sí que vamos, sin ningún problema. Se trata de hacer grupo.
Se habla del Barakaldo, del Leioa, del Basconia… pero pocos lo hacen del Deusto. ¿Se sienten infravalorados, ninguneados?
—No. Hablamos de entidades con mucho calibre, que llevan haciendo las cosas bien durante muchos años, que han estado en categorías superiores y no tenemos ningún problema porque no se hable tanto de nosotros. Intentamos hacernos un hueco en el fútbol de bronce, todo ello poco a poco y esperando que llegue nuestro momento, sin ningún tipo de prisa.
En casa no ha perdido partido alguno, han ganado a Leioa y Basconia, el Barakaldo solo pudo empatar. ¿Tanto intimida Etxezuri?
—Por superficie y por tamaño es un campo especial. Estamos acostumbrados a él y hacemos de Etxezuri una fortaleza más, y ahí está el dato de que llevamos más de un año sin perder en casa.
El sábado reciben al Portugalete, que sigue siendo un rival directo del Deusto. ¿Qué partido espera?
—Es un rival directo por cómo está la clasificación y creo que va a ser un partido muy disputado. Saldrán con hambre de victoria para recortarnos tres de los cuatro puntos que les llevamos y vendrán con el cuchillo ente los dientes. Tenemos que plantarles cara con el juego que hacemos en Etxezuri, que es ritmo, continuidad, pelea…
¿Le está decepcionando el Portu y, a la vez, sorprendiendo el Barakaldo, cuando partían como los máximos candidatos al ascenso?
—El Barakaldo ha ido volando, es de otra categoría por los jugadores que tiene, por las variantes que ofrece, juega perfectamente bien a lo que quiere. El Portu es un gran equipo que cuando no consigue los objetivos tiene la capacidad de hacer nuevos fichajes y ahí se refleja el poderío del club.
Es de Deusto, vive en Deusto, trabaja en Deusto. ¿Qué se siente ser futbolista del Deusto?
—Para mí es el equipo del barrio que me dio la oportunidad, en el que he compartido vestuario no solo con compañeros, sino también con amigos de la infancia, que llevamos varios años en el equipo. Es un lujo jugar en el Deusto. La gente se sorprende cuando llega por el ambiente que hay. No conozco otra cosa.
¿No ha tenido nunca la opción de recalar en otro equipo?
—Sí que ha habido contacto en el pasado con otros equipos, pero ya sea porque estaba aquí muy a gusto o porque no me salió bien una aventura en Malta…
Cuente esto último.
—Fui a probar a un equipo, el Victoria Hotspurs, y al cabo de una semana, en julio de 2019, vi que el proyecto no iba con mi persona y preferí volver a casa.
¿Qué perfil de jugador es Gorka Andikoetxea?
—Me gustaría pensar que soy buen compañero, que priorizo el objetivo general a la recompensa individual. Creo que soy más técnico que de un perfil más físico.
¿Es frío o se enrabieta cuando no le salen las cosas?
—Soy frío a la hora de analizar los partidos, no me enfado demasiado ni conmigo ni con los compañeros, pero sí es verdad que cuando hay algún detalle que haga encender la mecha es difícil que se apague. Me cuesta enfadarme, pero cuando lo hago me enfado mucho.
¿Tiene alguna referencia?
—Mi ídolo de pequeño era Ronaldinho, era, imagino, porque me hacía gracia cómo jugaba y encima sonreía todo el rato (risas).
Hoy (por ayer) entrenan a las ocho y media de la noche, tienen como segundo entrenador a un técnico japonés… Un tanto atípico, ¿no?
—Atsu es un crack, un pedazo de persona, muy implicado con el fútbol y con lo que es el Deusto. Estamos encantados de contar no solo con él sino con más gente que ha venido de Japón. El miércoles es nuestro día grande y aprovechamos este horario, porque el juvenil acaba un poco antes, para entrenar de manera más intensa.