Encontronazo con Bellas. Cruce de improperios con el base del UCAM Murcia y conato de mini tangana que acaba con una técnica para el jugador del cuadro universitario y otra para Jayson Granger, que era el otro implicado en el rifi rafe.
Crispado y con cara de pocos amigos, el base uruguayo acaba siendo sustituido por Neven Spahija para evitar que la situación fuera a mayores. Impotente y enojado consigo mismo, el director de juego de Montevideo no puede ocultar su frustración. Harto de que no le salgan las cosas explota y se rasga la camiseta. Le hierve la sangre. Fuego. El cuerpo le arde por dentro fruto de la impotencia de no poder ser útil al equipo en estas últimas semanas.
Y es que Jayson Granger no está bien sobre el campo. Jay no es el mismo del inicio del curso en la cancha. El base del Baskonia ha perdido la brújula. Y es que si hasta hace unos meses el uruguayo era el único que ponía algo de criterio en la dirección de juego de la escuadra gasteiztarra, de un tiempo a esta parte se encuentra desnortado, sin rumbo fijo y perdido. Muy perdido.
Abusando del bote, sin ser capaz de leer el juego como acostumbra y forzando tiros a la desesperada cuando ya el tiempo de posesión se agota. Ese puede ser un resumen perfecto de sus últimos partidos. ¿Dónde está al Granger de los primeros partidos? ¿Dónde se ha ido ese timón serio que se había convertido en el faro que guiaba a sus compañeros?
MVP de noviembre en la ACB
El Granger bromista y siempre con una sonrisa en la boca ha dado paso a otro más ofuscado.De hecho, sus números actuales ni se acercan por asomo a los firmados en los albores de la campaña. Del día a la noche. Parece que el jugador ha sufrido un cortocircuito. No está. Ha desaparecido de repente. Y es que remontándose a meses atrás encontramos a un Granger decisivo para el Baskonia.
Buena prueba de ello es que el uruguayo conquistó el MVP del mes de noviembre tras promediar 25 puntos de valoración en los tres partidos disputados en la ACB. El recital dio comienzo ante el Unicaja, en un duelo en el que Granger salvó al equipo dirigido entonces por Ivanovic, a base de triples de todos los colores, a cada cual más espectacular. El charrúa le endosó un 7/11 desde el 6,75 al cuadro malagueño, sumando 24 puntos, 6 asistencias, 3 recuperaciones y 26 de valoración.
Una semana más tarde firmaría una nueva exhibición, aunque esta vez el Bitci Baskonia no pudo repetir el triunfo en Gran Canaria. El base uruguayo volvió a estar a la altura, con 13 puntos, 6 asistencias, 2 recuperaciones, 2 rebotes y 3 faltas recibidas, para 17 de valoración, con un +5 para los gasteiztarras con él en pista y un -11 durante los 10:51 que pasó en el banquillo. Determinante. El líder.
Pues bien, no contento con estas dos descollantes actuaciones, mejoraría sus prestaciones días después ante el MoraBanc Andorra. El cuadro de Ibon Navarro fue la última víctima del tornado en el que se convirtió Jayson Granger en noviembre. El conjunto dirigido entonces por el técnico gasteiztarra no supo en ningún momento cómo parar al uruguayo, que firmó unos descomunales registros similares a los del duelo ante Unicaja: 7/10 en triples, 25 puntos, 5 asistencias, 5 recuperaciones, 5 faltas recibidas y 32 de valoración.
Brillante. Cifras de estrella: 20,7 puntos por duelo, con un increíble promedio de 5,7 triples por cita aderezado por un notable 58,6% de efectividad (17/29). También alcanzó un idéntico guarismo de 5,7 en asistencias, a añadir a sus 3,3 recuperaciones y 4,6 faltas recibidas por encuentro, con 25 de valoración media y un +10 global para los suyos en estos tres partidos con él en pista, con -11 durante sus (escasos) descansos en el banquillo, pues jugó una media de 31 minutos y 39 segundos durante ese mes. El faro. La luz que iluminaba al Baskonia y que ahora se ha apagado.