Un grupo de 50 ultras han atacado a una veintena de seguidores del Betis que estaban tomando unas cervezas tranquilamente y sin provocar a nadie en el Bar Edelweiss en el paseo Zorroaga situada en el barrio de Amara, cerca del estadio de Anoeta. Según confirman varios vecinos de la zona que se encontraban asustados e indignados por lo sucedido, el grupo agresor ha aparecido de repente y les ha comenzado a pegar con todo tipo de objetos como los palos de las sillas y han vuelto a destrozar de nuevo el bar, cuyos propietarios no daban crédito a lo sucedido. La Ertzaintza ha informado a media tarde de que ha detenido a dos varones de 25 años por su presunta participación en la autoría de los hechos, además de identificar a varias más.
- Actualización: la Real "condena enérgicamente" la agresión.
"Sobre las 15:00 horas de hoy, viernes, se ha requerido la presencia policial en las inmediaciones del barrio de Amara de Donostia, ya que se estaban produciendo altercados entre diversos grupos de personas que estaban allí congregadas", explica la Ertzaintza, que al acercarse los agentes han comprobado que había "decenas de personas reunidas en la avenida Isabel II, algunos grupos enfrascados en riñas y otros causando daños en mobiliario y demás bienes materiales".
La confusión ha sido grande, porque el grupo portaban bengalas y se ha formado una gran humareda. El ataque se ha saldado con un resultado de cinco heridos que han sido trasladados al hospital, todos ellos hinchas verdiblancos.
Los vecinos han alertado a los servicios de emergencia y la Ertzaintza se ha personado en el lugar, así como hasta cuatro ambulancias y dos vechículos de bomberos, porque una bengala ha incendiado un coche.
Varios de los seguidores béticos, todavía sobrecogidos por lo que habían vivido y limpiándose heridas, han estado charlando e incluso por momentos hasta tranquilizando a muchos vecinos que les pedían disculpas y que no podían entender cómo es posible que pueda suceder algo así en las calles de Donostia a plena luz de día. Como suele ser habitual, los ultras no llevaban ningún distintivo txuri-urdin y vestían casi todo negro.
Cabe recordar que tras el partido de Copa, otro grupo de ultras atacó a los seguidores béticos cuando abandonaban Anoeta que tuvieron que refugiarse en bares y algunos no dejaron de correr aterrorizados hasta el puente de María Cristina. Y que hace unos años, un hinche bético resultó herido al recibir una patada en la cabeza, en la Venta de Curro.