Grecia combatió este lunes decenas de incendios causados por las altas temperaturas y los fuertes vientos, que llegaron a destruir casas, coches y otras propiedades cerca de Atenas.
Los fuegos amenazaron los pueblos de Anavissos y Lagonisi, situados a unos 40 kilómetros de la capital griega, donde las llamas quemaron varias casas, coches y otras pertenencias de los residentes locales.
Cientos de bomberos luchaban contra las llamas en el sureste de la región capitalina de Ática, donde la situación fue mejorando a lo largo de la tarde, aunque todavía había varios focos que amenazaban viviendas en el pueblo costero de Saronida, explicó a EFE un portavoz de los Bomberos.
Según imágenes difundidas por medios locales, las llamas calcinaron también varias casas en las localidades de Melisurgós y Kalivia, cerca del monte Páneion, donde se inició el fuego, y atizado por fuertes vientos llegó a la costa.
Cerca de la localidad de Nea Kuvará se quemó un refugio de animales, la mayoría de los cuales no pudieron ser salvados, según los medios locales.
La policía tuvo que evacuar a decenas de personas que permanecían atrapadas en una zona densamente poblada, ya que aparte de los residentes permanentes, durante el verano muchos atenienses acuden allí para veranear.
Mientras, otros 135 bomberos combatieron otro incendio forestal que estalló cerca del pueblo costero de Lutraki, a unos 80 kilómetros al oeste de Atenas.
Tres localidades y un campamento infantil que alojaba a 1.200 niños tuvieron que ser evacuados.
Los bomberos luchaban para que el principal frente del incendio no pase al otro lado de la autovía nacional Atenas-Patras, donde se encuentran zonas densamente pobladas.
Los afectados serán indemnizados
Según anunció este lunes el primer ministro, el conservador Kyriakos Mitsotakis, las personas damnificadas serán indemnizadas por el Gobierno griego.
El mandatario instó además a todos los ciudadanos a que actúen rápidamente cuando se dé una orden de evacuación por Protección Civil, ya que lo que siempre tiene prioridad es la protección de la vida humana.
Según los medios locales, muchos residentes de las zonas más afectadas se niegan a abandonar sus casas, para tratar de salvar sus pertenencias.
En la región de Beocia, en Grecia central, otros 200 bomberos estaban luchando contra dos grandes incendios el lunes por la tarde.
Con la caída del sol, los aviones cisterna tuvieron que dejar de operar en la zona, aunque a partir de las 20.00 hora local (17.00 GMT) los vientos empezaron a amainar.
Desde el domingo por la tarde los bomberos hicieron frente a más de 80 incendios, la mayoría de los cuales fueron sofocados antes de que se propagaran.
"Mañana (martes) será también un día muy difícil", señaló el portavoz de los Bomberos, Ioannis Artopiós, ante la posibilidad de que los vientos retomen fuerza.
Grecia vive desde hace varios días una gran canícula que llevó a los termómetros a marcar más de 44 grados en algunos lugares del centro del país el fin de semana.
Aunque las temperaturas se han moderado un poco desde el domingo, en la mayor parte del país habrá fuertes vientos hasta el jueves, por lo que el riesgo de incendios es alto en muchas regiones, alteraron las autoridades.