Gregorio Escobar, madrileño herido en el encierro: "Tengo dolores por todos lados; este año los encierros han sido la selva"

"Tengo dolores por todos lados". El madrileño Gregorio Escobar Lucas, de 54 años y vecino de Pozuelo de Alarcón, que ya descansa en una habitación del Hospital Universitario de Navarra (HUN), junto su esposa Ester García, permanecerá unos días ingresado tras sufrir varias fracturas costales, neumotórax y contusión pulmonar al ser pisoteado por un manso en la curva de Mercaderes.

El corredor, que ha tenido oportunidad de ver el vídeo de su percance en el teléfono móvil, ha explicado que "estábamos muy apretados, ha habido el típico braceo, me han empujado y al suelo. Me he quedado ahí porque no podía ir ni para un lado ni para el otro, con la mala suerte de que el cabestro se cierra tanto en la curva y ha traído a los toros en mi línea".

Mareos y sudores fríos

Gregorio ha señalado que "cuando el cabestro me ha pegado el pisotón, he pegado un bote. Enseguida, la gente de alrededor me ha cogido y me ha llevado para un lado, porque venían los cabestros de cola". "He estado un rato fastidiado, porque me mareaba, con sudor frío, pero no he perdido la consciencia en ningún momento", añade.

Llegó a Pamplona el pasado día 5 de julio, es un habitual en los encierros de los Sanfermines. "Llevamos unos 20 años viniendo y este año ha sido un poco la selva: ha habido mucha gente, muchos empujones, todo el mundo quiere coger toro... Este año ha sido muy difícil correr en la curva, porque la gente se queda parada y sólo ven a los toros pasar". A pesar de lo sucedido, promete que "el año que viene volvemos a San Fermín". Su mujer le corta rápido con un "no" y seguidamente le sonríe. Gregorio Escobar Lucas volverá a correr el año que viene.

Llamadas y mensajes

Amigos y la familia de Gregorio se han interesado por su estado desde primera hora. "Nos están bombardeando a llamadas y mensajes. Los que corremos el encierro, sabemos lo que puede pasar", comenta. Ester volverá por la noche al apartamento en el que están alojados porque "ya estoy yo aquí, no le voy a fastidiar el descanso a ella".

En cuanto a su evolución, indica que "el cirujano me ha dicho que tengo que estar en observación, al menos, dos días. Este año se me han fastidiado los encierros, que en Madrid hay muchos. La verdad es que somos frikis de esto. Es un segundo, pero los encierros nos emocionan y ya si pillas toro...".

El 'capotico' de San Fermín

Además del parte clínico que Gregorio presenta, también se le ven magulladuras y golpes encima del ojo derecho y por ambos brazos. Confiesa que durante los siete encierros "he tenido algún que otro susto, pero San Fermín ya me lleva ayudando desde hace algunos años". Destaca uno de los encierros de hace un par de años porque "pensaba que de ahí no salía".

Cuando habla de las fiestas, el madrileño sonríe: "no hay palabras". La cara de Gregorio ya no parece tan dolorida como al comienzo, le brilla la mirada. El año que viene volverá a cantarle a San Fermín.