¿Cuáles son las principales conclusiones del informe?
El informe resume las principales investigaciones realizadas a lo largo de los últimos 15 años en AZTI las cuales constatan un cambio gradual en el golfo de Bizkaia asociado al cambio climático global a partir de los años 80, con un calentamiento de la superficie del mar hasta los 100 m de profundidad en la bahía (0,25 °C por década), así como un aumento de la temperatura del aire, de la insolación en la costa vasca, y un claro aumento del nivel del mar (3 cm por década desde los años 90). Este calentamiento puede haber repercutido en la redistribución que observamos de la comunidad bentónica en la costa vasca, favoreciendo a las especies de aguas cálidas frente a las de aguas frías, la disminución del peso por edad de la anchoa en las dos últimas décadas, el avance del periodo de puesta en años cálidos de la anchoa y chicharro, y la migración de la puesta del verdel hacia el norte, etapas claves en el ciclo de vida de las especies.
¿Cómo afectará el calentamiento global a la costa vasca?
En la costa, el mayor riesgo es el ascenso del nivel del mar actual y el previsto para el futuro que podría alcanzar entre 50 y 65 centímetros para finales de siglo. Las consecuencias de este ascenso, junto con la acción de eventos de altura extrema de las olas, pueden acarrear una pérdida proyectada de parte de nuestras playas y riesgo de inundación en zonas urbanas y puertos. El ascenso del nivel del mar también afectará los ecosistemas de los estuarios, como las marismas y las praderas marinas, los cuales son elementos importantes en la conservación de la biodiversidad y sumideros de carbono azul.
¿El calentamiento del mar puede afectar de alguna manera al ser humano?
En un futuro donde el calentamiento de los océanos se incremente, el sector pesquero tendrá que hacer frente a los cambios en la distribución actual de las especies, yendo por ejemplo más al norte, o tener como objetivo a otras especies. Es posible que las flotas deban también que cambiar ligeramente su calendario avanzando por ejemplo la costera del bonito. La abundancia del plancton, que es la base del alimento para los peces, es también un factor determinante en la abundancia futura de cada uno de los stocks. Los modelos indican que la biomasa del plancton será algo menor en el golfo de Bizkaia, y por lo tanto ello afectará negativamente a la productividad general y las capturas totales de la zona.
El informe habla de grandes olas y el riesgo de inundaciones. ¿Cómo puede impactar en las infraestructuras ubicadas en la franja costera?
Actualmente, se están detectando incrementos significativos en la altura extrema de las olas en el sureste del golfo con un aumento promedio de 16 centímetros por década. El efecto del ascenso del nivel del mar combinado con los eventos extremos podrá ocasionar un riesgo de inundación costera del orden de un 12% de aumento en la superficie en riesgo para el año 2050 y hasta un 59% para el año 2100, con efectos en zonas urbanas, paseos, y puertos.
¿Hay alguna especie marina amenazada?
En el golfo de Bizkaia no tenemos hoy en día identificada ninguna especie marina claramente amenazada por el efecto del cambio climático. Sin embargo, hemos detectado un proceso de reorganización de algunas comunidades como en las macroalgas, los invertebrados y los peces, en las que la abundancia relativa de las especies más adaptadas a aguas cálidas están aumentando ligeramente en su abundancia, proceso que denominamos tropicalización, mientras que la abundancia relativa de las especies más adaptadas a aguas frías están disminuyendo, proceso que denominamos deboralización.
¿Qué se puede hacer para evitar o, al menos, retrasar los efectos de la emergencia climática desde lo local?
Hay cuatro ámbitos para sortear el cambio climático. El primero es la monitorización de parámetros oceánicos físicos, químicos y biológicos de los océanos que permiten conocer cómo evoluciona el clima marino y sus impactos. En segundo lugar es clave la simulación de los escenarios futuros para evaluar los posibles cambios en regímenes océano-climatológicos y guiar en las estrategias que preservarán y protegerán nuestro entorno marino. También es importante, la adaptación mediante acciones para minimizar los efectos del cambio climático sobre los recursos marinos, los ecosistemas naturales y las áreas urbanas costeras. Y por último, habría que hablar de la mitigación del cambio climático mediante la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, estudiando por ejemplo posibles medidas correctoras y la descarbonización de la flota pesquera.