Guillermo Fernández (Bilbao, 23 de mayo de 1993) afronta un nuevo reto en el Nàstic, equipo del grupo II de Primera RFEF, después de cerrar el pasado curso su etapa en el Burgos, donde jugó 39 partidos en Segunda División, con una tarjeta de 8 goles. El delantero bilbaino ha vivido varias experiencias en el Leganés, Elche, Numancia, Racing. Burgos y la actual en Tarragona, siete años después de abandonar la disciplina el Athletic, en el que tuvo luces y sombras. Debutó como león de la mano de Ernesto Valverde y Guillermo se sincera sobre sus dos campañas en el primer equipo rojiblanco. “Sí se tuvo paciencia, creo que se fue justo conmigo”.
¿Cómo le van las cosas por Tarragona?
Estoy muy satisfecho. Es un nuevo reto en un club con historia, que quiere subir y las cosas en el campo también me están saliendo, por lo que no me puedo quejar.
Lo cierto es que lleva cuatro goles y es el máximo goleador del Nàstic, aunque ha bajado un escalón de categoría, de jugar en Segunda División a hacerlo en Primera RFEF. ¿Por qué no siguió en el Burgos cuando sus números el curso pasado fueron interesantes?
Veníamos de ascender a Segunda y si ves los números… Entre liga y Copa fueron 41 partidos, metí goles, participé y fue un año bueno en general, de menos a más. Me hubiera gustado quedarme, porque estaba contento. De todo lo que salió en verano, aquí me trasladaron mucho interés y me decanté por el Nàstic, porque tiene un objetivo claro, bonito, que es el ascenso. Hay una mentalidad ambiciosa y un buen proyecto.
Y el sábado regresa a Lezama, a casa. ¿Le sigue poniendo jugar ante su exequipo?
Por supuesto que sí. Soy socio del Athletic desde pequeño, aficionado, exjugador del Athletic. Es un partido especial. He vivido muchos allí en Lezama y soy jugador profesional por Lezama.
¿Qué partido espera?
Espero un partido muy complicado. El Bilbao Athletic tiene buenos jugadores, con mucha hambre y la falta de experiencia que puedan tener por edad la suplen por esa implicación colectiva que poseen. Los partidos ante equipos filiales te exigen mucho físicamente.
¿Qué Nàstic se encontrará el Bilbao Athletic?
Un Nàstic más ordenado que en las primeras jornadas, con las ideas más claras y que en los últimos partidos ha demostrado estar en el camino correcto, tanto atacando como defendiendo. Nos entendemos mejor, se nota en el juego y, por tanto, en los resultados.
¿Son un equipo al que le gustar mandar los partidos?
Somos un equipo que tiene la intención de hacer daño. Al entrenador (Raül Agné) le gusta el fútbol de ataque, jugar para los delanteros y el objetivo número uno es atacar. Las primeras jornadas estábamos descoordinados, pero estamos mejor y en la línea que queremos.
Tiene 29 años de edad. ¿Se ha reinventado como delantero respecto al que conocimos en el Athletic?
Me he ido adaptando. Con las experiencias que vas cogiendo de cada sitio en el que he estado, con ideas y entrenadores diferentes, sabes que cada uno te va aportando cosas. No soy el mismo jugador, no tengo quizá la misma velocidad que tenía con 20 años, cuando estaba en el Athletic, pero ahora entiendo más el juego, tengo unas cualidades que entonces me faltaban.
Se van a cumplir 9 años de su debut como león (9 de noviembre de 2013, en San Mamés frente al Levante) y lo hizo de la mano de Ernesto Valverde. ¿Cómo rememora aquel momento?
Fue el momento soñado por cualquier chaval del Athletic. Fue una época muy bonita, porque era vivir literalmente un sueño y a medida que pasa el tiempo lo valoras más, le das la importancia que tiene jugar en el Athletic.
Jugó 28 partidos en el primer equipo, pero no llegó a consolidarse. ¿No hubo paciencia con usted?
Sí hubo paciencia. Tuve lo que me gané, tanto para bien como para mal. Estaba en un buen momento en el Bilbao Athletic, Valverde me dio la oportunidad de jugar amistosos, tuve la suerte de rendir y salté al primer equipo. Tengo la conciencia tranquila, al final cada uno tiene lo que se merece y el tiempo le pone a cada uno en su sitio. Salgo cedido al Leganés y si me hubiera ganado seguir en el Athletic, habría seguido.
Tenía también por delante a Aritz Aduriz, que son palabras mayores.
Aduriz estaba en un gran momento de forma y la verdad es que fue un lujo compartir vestuario con él, aprender de él. Puede decir que he compartido vestuario con Aduriz, Iraola, Gurpegi…
En Bilbao se solía decir que Guillermo tenía cara de buen chaval, de no haber roto un plato en su vida. ¿Le faltó carácter, un pelín más de ambición?
Dí todo que tenía, me vacíe y quizá te preguntas si podía haber hecho algo más en el Athletic. Cuando merecía jugar, jugaba, y cuando no, no. Creo que se fue justo conmigo, estuvo bien gestionado.
Salió de Lezama al Leganés y después ha ejercido en otros cinco equipos, aunque no ha vuelto a competir en Primera División. ¿Se ha autocrítica en estos casos?
He jugado en Segunda, he participado mucho en todos los equipos en los que he estado, he metido goles... Si no he estado en Primera División, ha sido porque no he hecho lo suficiente para estar ahí. Autocrítica, sí. Si no he vuelto a Primera División, es porque hace falta algo más. Compito con la máxima ilusión e intento hacerlo muy bien para que algún día se me dé la oportunidad de volver a Primera.
O sea, no arroja la toalla.
Ha habido casos de jugadores que han debutado en Primera con 30 años, que han tenido su mejor momento al final de sus carreras. Cada jugador es un mundo y por supuesto que tengo la misma ilusión de hace diez años.
Está el caso de Iñigo Eguaras, que ha debutado en Primera a los 30 años con el Almería.
Con Iñigo he jugado en el Bilbao Athletic y toda la vida he estado convencido de que es un jugador de Primera División. Le ha llegado el momento ahora, incluso ha hecho gol y me alegro un montón por él.
¿Cómo ve a este Athletic en la tercera etapa de Valverde, al que bien conoce?
Es un equipo de mucho nivel, con una plantilla muy buena, con jugadores jóvenes que están a un nivel muy alto. Todavía están Demar, Balenz, Willy... l