Las oportunidades están para aprovecharlas. En un fútbol tan cambiado desde la dichosa pandemia del coronavirus, al que los cinco cambios por partido han llegado para quedarse de manera definitiva, el abanico de posibilidades que manejan los entrenadores es mucho mayor. Un hecho que en condiciones normales juega en favor de los propios futbolistas, que deberían contar con más opciones de reivindicarse sobre el verde. Y eso es, precisamente, lo que hizo en Cádiz Gorka Guruzeta (Donostia, 12-IX-1996), autor de dos de los cuatro tantos del Athletic en el Nuevo Mirandilla que supusieron, además, su bautismo goleador en Primera División.
La lesión de Iñaki Williams en el tobillo derecho a los pocos minutos de que comenzara la segunda mitad del choque ante el Cádiz obligó a Ernesto Valverde a mover ficha. El Athletic mandaba en el partido con bastante comodidad pero la escasa renta de un gol dejaba cualquier posibilidad en el aire. Las imágenes de televisión enfocaron entonces a Raúl García y a Asier Villalibre, que salieron a calentar a la banda, como también hizo Guruzeta, que se quedó fuera del tiro de cámara y olvidado por el periodista que ejercía de inalámbrico a pie de campo. La lógica invitaba a pensar en que sería alguno de los dos primeros quien reemplazara al mayor de los Williams, pero el técnico apostó por dar entrada al donostiarra, seguramente para sorpresa de muchos. Y acertó de pleno Txingurri, que encontró una gran respuesta en Guruzeta.
Poco más se le puede pedir a un delantero que salir desde el banquillo y anotar dos goles. De hecho, tal y como recoge Adurizpedia en su cuenta de Twitter, Guruzeta tomó el testigo de Julen Guerrero, el que hasta el lunes era el único futbolista en la historia del Athletic en lograr un doblete lejos de San Mamés saliendo desde el banquillo. En diciembre de 1997, el portugalujo entró al campo en el minuto 51 para anotar dos goles y sellar la goleada de los leones frente al Compostela (1-4).
El regreso del donostiarra a la que fue su casa entre 2014 y 2020 era un secreto a voces desde meses atrás, pero se confirmó el pasado 3 de julio. Firmó por dos temporadas, hasta el 30 de junio de 2024, con un tercer año opcional, y aunque su continuidad en el equipo esta campaña la dejó Valverde en el aire tras el amistoso de finales de julio frente al Mirandés, cuando apuntó que tenía dudas entre si quedarse con él o con Villalibre, finalmente les hizo hueco a ambos.
Cuatro años después de debutar con el primer equipo rojiblanco a las órdenes de Eduardo Berizzo, con una rotura del cruzado de su rodilla derecha de por medio y tras hacer la mili en el Sabadell y el Amorebieta de Segunda División en las dos últimas temporadas, Guruzeta quiere más. Por lo pronto, el lunes respondió a la confianza de Valverde con dos goles, uno de ellos tras gran disparo desde la frontal del área, que le podrían llevar a la titularidad el domingo ante el Espanyol en San Mamés, pues la presencia de Iñaki Williams, que sufre un esguince en el ligamento lateral externo de su tobillo derecho, está en el aire.