Guruzeta pasa de la gloria al anonimato

Semanas atrás se revisó la situación de Asier Villalibre, presidida por su exigua presencia pese a que fuese titular en la jornada inaugural del campeonato. Bueno, pues aunque ha discurrido por un camino distinto, la trayectoria de Gorka Guruzeta, otra de las alternativas a la demarcación de delantero centro, empieza a tener un gran parecido con la de Villalibre. Se diría que Ernesto Valverde no le encuentra sitio en sus planes. Así se desprende del hecho de que no haya intervenido en ninguno de los tres últimos compromisos.

Guruzeta, de 26 años, fue recuperado el pasado verano después de sendas cesiones en el Sabadell y el Amorebieta y firmó con el Athletic un contrato que vence en 2024. Los trece goles que logró en las filas del club vizcaino en Segunda División, le valieron para volver a Lezama. Una apuesta que se justificaba por el déficit de acierto que ha condicionado los balances rojiblancos a lo largo de un lustro. El donostiarra engrosaba así una nómina que incluía a Iñaki Williams, Raúl García y el citado Villalibre, todos ellos aspirantes a ejercer de avanzadilla en el esquema del entrenador.

Las estadísticas demuestran que Valverde ha adjudicado a Iñaki Williams dicha responsabilidad. Prácticamente en exclusiva, pues ha actuado como ariete en todas las alineaciones salvo en la primera, aquel día salió a jugar en el costado derecho. Esta realidad se apoya en los 562 minutos siendo el hombre más adelantado, si bien habría que restarle algún ratillo en que se le ha recolocado en la banda. El dato de participación del mayor de los Williams se completaría con los 86 minutos del día del Mallorca en calidad de extremo, para hacer un total de 648. Sin margen para la duda se ha erigido en la baza preferida de Valverde, goza de una confianza plena a pesar de que continúe sin sobresalir en el capítulo realizador.

Iñaki Williams lleva tres goles, al igual que su hermano, Berenguer y Sancet. Entre los delanteros, el único que se le acerca es Guruzeta, gracias al doblete que firmó en la visita al Cádiz. Éxito que le permitió enlazar dos apariciones más. Merece reseñarse la que tuvo ante el Espanyol, fue el primer relevo y disfrutó de media hora larga para desenvolverse. Luego, ante el Elche salió muy tarde, en el 78 y con el choque liquidado desde el descanso (0-4). Por el momento, ahí termina su itinerario. Guruzeta ha jugado 102 minutos repartidos en cuatro partidos, saltando desde el banquillo en todos los casos.

Los números de Guruzeta superan con holgura los de Villalibre, quien ha quedado relegado. Tras los comentados 57 minutos como titular, solo ha dispuesto de un turno más y parece evidente que se trató del regalo de cumpleaños de Valverde, que le concedió once minutos frente al Almería el día en que el ariete soplaba 25 velas.

El próximo fin de semana se habrá cubierto el primer cuarto del calendario de liga, por lo que conviene tomarse con reservas la manera en que Valverde ha acometido la distribución de minutos. No obstante, tampoco puede obviarse la existencia de unos criterios que establecen tendencias nítidas. El tiempo dirá si se asientan o por el contrario son alteradas, aunque son decisiones con visos de perdurar. O sea que, en condiciones normales, mientras no se produzcan bajas por lesión o el calendario se comprima a causa de la Copa, el míster está persuadido de que Iñaki Williams es intocable.

Un ejemplo de ello sería que no le supliese en el Sánchez Pizjuán a la vista de su deficiente aportación, con el Sevilla ahogado en torno a su área y la necesidad de marcar para certificar la victoria. No se utilizó el quinto cambio y Guruzeta y Villalibre fueron testigos desde el banquillo; ni el uno ni el otro le parecieron útiles a Valverde en un contexto que reclamaba apurar los recursos ofensivos desplazados a la capital andaluza.

Quien sí tomó parte en el asalto final a los dominios de Dmitrovic fue Raúl García, convertido en el refresco habitual. La pérdida de protagonismo del veterano es significativa. Con Valverde ni ha asomado en el once inicial y se ha tenido que conformar, por decirlo de algún modo, con picotear minutos cuando los partidos enfilan su conclusión. Siete veces ha salido desde el banco y quedó inédito ante el Almería. Suma 121 minutos de 720. Elocuente, no menos que la irrelevancia que planea sobre Gorka Guruzeta. Por supuesto, extensiva a Villalibre.