Como frase, a modo de recuerdo perenne, José Eladio Santacara permanecerá en la memoria de sus más fieles amigos y de su familia como "un viajero del mundo", detalla su sobrino Raúl. El concepto de trotamundos le honraba a este vecino de Carcastillo, cuyo cuerpo sin vida ha sido encontrado esta mañana sin signos de violencia en el interior de su furgoneta en una avenida del barrio de Hortaleza de Madrid. Su desaparición se había producido el 30 de noviembre.
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Josela, como le conocían los que estaban más cerca de él, ha muerto al fin y al cabo en un viaje, que era la pasión que movía su vida y el motor de su furgoneta, a la que había llamado Ibiletxe, casa que camina, toda una declaración de intenciones de lo que suponía dicho vehículo en su vida. "Ha fallecido viajando y lo ha hecho dentro de Ibiletxe, su furgoneta, que era su casa cuando salía fuera de Carcastillo. Seguramente no habría encontrado un lugar que mejor le represente para morir"; recuerda Raúl.
José Eladio era ingeniero en telecomunicaciones y exprofesor de secundaria y se pasó casi dos décadas viajando con su furgoneta Volkswagen Transporter, con la que acumulaba más de 500.000 kilómetros. Recorrió 33 países y realizó 60.000 kilómetros por la selva, la sabana y el desierto. Luego, le dio tiempo de rememorar su experiencia y escribir África, la madre olvidada y maltratada. "A ninguno se le obliga a ser un viajero, pero sí que tenemos la obligación moral de contar nuestros viajes", afirmaba José Eladio después de escribir aquel libro durante la pandemia.