Cuando llega el mal tiempo, los dueños de perros se enfrentan al mismo dilema, protegerlas del frío, la lluvia y el viento con una prenda de abrigo o sacarlos a cuerpo o que se enfrenten a pelo con las inclemencias atmosféricas. Esto sin entrar al debate que algunos plantean de si vestirlos puede ser humanizarlos y dejar que un perro sea un perro.
Lo único cierto es que debe imperar el sentido común y tener un claro conocimiento de qué tenemos entre manos y qué es lo que realmente nos interesa a nosotros como responsables de nuestro animal, que es su bienestar y su salud. Conocer sus características y sus necesidades resulta básico para saber qué decisión tomar en cada momento.
Qué hay que tener en cuenta
Lo primero que hay que tener claro es que cada perro es un mundo, es un ser individual con sus propias características y que hay que tener claras. Estas son las cuatro principales.
La edad
Entre los factores que hay que tener en cuenta es la edad, y varía con el paso del tiempo. Y esto que parece una obviedad, muchas veces se nos olvida por la costumbre y la rutina. Un cachorro, perro joven o adulto y otro sénior no tienen las mismas necesidades. Un perro joven o uno adulto, sano en plena forma cuenta todas su vitalidad y energía por lo que el frío no les afecta en exceso y no suelen necesitar abrigo.
En cambio, un cachorro todavía no se ha desarrollado y no es capaz de autorregularse y su sistema inmune es aún algo débil. Algo similar sucede con los perros mayores, que además tener ya menos energía, también empiezan a tener problemas de artrosis, un mal al que no sienta nada bien el frío y la humedad ambiental. En estos casos una prenda de abrigo es una buena idea.
La raza
La raza de nuestra mascota también es un factor importante. De entrada, no es lo mismo un perro adaptado a climas fríos o muy fríos, como los huskys o los terranova, como los de climas más cálidos como los podencos o chihuahuas. También el tamaño es importante, ya que uno pequeño como un bodeguero o un yorkshire soportan peor el frío que un labrador o pastor alemán. Con estos dos aspectos se pueden dar muchas combinaciones que incluyen el tipo de pelo. Un galgo lleva peor el frío que un pequinés.
El pelo
El tipo de pelo en general va unido a la raza, aunque teniendo en cuenta que también existen los perros mestizos hay que considerarlo aparte. El pelo corto o el pelo largo son características concretas y visibles, pero además los hay capa gruesa y tupida, de doble capa, o con pelo largo pero poca cantidad, por lo que les afecta de diferente manera. Además este factor es importante a la hora de decir qué prenda ponerles, no es lo mismo un chubasquero impermeable que un abrigo. Si solo llueve, los perros de pelo corto se secan enseguida por lo que no necesitarían tanto como de pelo espeso, que absorbe más humedad y tarda en secarse. Si solo hace frío, los de pelo corto o fino necesitarán un abrigo que a los de pelo espeso puede sobrar.
Clima del entorno
El clima general de la zona también hay que tenerlo en cuenta. En zonas mediterráneas, con temperaturas suaves en invierno, salvo en casos de perros sénior o razas muy concretas no será necesario abrigarlos. En climas más atlánticos, por lo general más húmedos y fríos en muchos casos sí habrá que equiparlos con abrigo y/o chubasquero.
Pros y contras de abrigarlos
Visto lo anterior, la principal ventaja de poner un abrigo a nuestro perro es protegerlo del frío. Esta prenda le ayudará a mantener la temperatura corporal. El frío exterior nos afecta a todos, y cuanto más baja sea la temperatura o más viento haya, más necesario será. Pero no se trata de usarlo solo cuando la temperatura roce los 0º, también le ayuda a evitar el shock térmico, el contraste entre la temperatura de la vivienda con el frío exterior. Pasar de golpe de los 21-23 grados interiores a los 9 o 10 de la calle puede suponer un problema.
Por otra parte, si llueve, se evita que se moje y es más rápido de secar. Además se evita la humedad en la piel tras un secado rápido, especialmente si tiene mucho pelo. La combinación de humedad calor de casa puede causarles irritaciones o la aparición de hongos.
Por otro lado, el principal inconveniente es que no les guste, que no se sientan cómodos llevando una prenda, algo que suele ir contra su naturaleza, no la entienden. Por eso suele mostrarse nervioso y puede mostrar algún síntoma de ansiedad. Por ello es importante un proceso de adaptación para que la acepte. Además es importante que no interfiera con la vista, el oído o el olfato. También hay que comprobar que pueda hacer pis y caca si dificultad.
Es ropa de exterior, por lo que salvo casos muy especiales (casi aconsejado por el veterinario) no deben ser utilizadas en la vivienda. Si se le ponen cuando no lo necesitan, hay una serie de inconvenientes que pondrán en riesgo su salud., como la aparición de enfermedades de la piel, como dermatitis atópica, alergias y enfermedades inflamatorias. De hecho, las telas y materiales sintéticos de estas prendas pueden causarles reacciones alérgicas.