La prolongación del impuesto a las energéticas se enredó aún más después de que PNV y Junts plantaran este miércoles al Gobierno español en la reunión convocada por el Ministerio de Hacienda para tratar de forjar un acuerdo con los socios que convalidaron la reforma fiscal, lo que provocó que alrededor de la mesa se sentaran solo las fuerzas de la izquierda que secundaron el proyecto de ley impositivo. La cita, de una hora, acabó con el acuerdo de que se prorrogará el gravamen un año más, a 2025, a través de un real decreto ley, figura que no se puede con un impuesto porque es inconstitucional. La cumbre en las dependencias del grupo parlamentario socialista a la que asistieron el secretario de Estado de Hacienda, Jesús Gascón; la líder de Podemos, Ione Belarra; los diputados de Sumar Manuel Lago y Txema Guijarro; la parlamentaria de ERC Pilar Vallugera y el representante de EH Bildu Oskar Matute.
El portavoz jeltzale, Aitor Esteban, fue claro al respecto al percibir esa reunión como “un paripé” que respondía solo a las urgencias de Podemos y otras formaciones. El dirigente nacionalista ya había adelantado que su grupo no acudiría al encuentro para hacer permanente el impuesto que caducará el próximo 31 de diciembre, alegando que nadie había hablado con el PNV sobre este asunto, y es que a su juicio “no tiene ningún sentido” hacer una reunión para discutir sobre un impuesto entre siete u ocho partidos en una mesa abierta. “Así no se discuten las cosas, y, menos, teniendo la prensa justo al otro lado de la puerta”, puntualizó.
“ No vamos a apoyar algo que puede poner en riesgo muchos puestos de trabajo en Euskadi ”
Aitor Esteban - Portavoz del PNV en el Congreso
Esteban manifestó su duda sobre la capacidad técnica de los interlocutores sobre el tema del tributo pues lo considera “muy técnico y muy complejo”, apelando a “hacer estas cosas con seriedad”, puesto que de la fiscalidad al sector energético, que es especialmente relevante en Euskadi, dependen “muchos puestos de trabajo”. ¿Qué criterio tienen para que tenga que ser un 16 o un 11 o para que las deducciones sean de un tipo u otro?”, valoró. “No me parece una buena estrategia, más allá de lo que algunos necesitan de cara a los medios de comunicación y propaganda (...) Por lo tanto, para hacer un paripé que necesita algún partido político, lo hace Podemos sobre todo, pero también algún otro, en eso no vamos a participar”, verbalizó el portavoz jeltzale. Asimismo, el diputado nacionalista aseveró que si se quiere avanzar en este ámbito, es el Gobierno español el que tiene que hacer propuestas a los grupos parlamentarios para acercar posiciones. A su entender, en lugar de poner “parches” habría que darle una “pensada” al Impuesto de Sociedades para una reforma más estructural y así aportar mayor seguridad jurídica a las empresas.
Precisamente, que sea un gravamen y no un impuesto es lo que aleja al PNV del acuerdo, según indicaron fuentes jeltzales, que recordaron que tenían un acuerdo con el Gobierno español para convertir el gravamen en impuesto, aprobarlo y concertarlo. En este sentido, Esteban recalcó que el PNV nunca va a poner en juego el sistema de concierto de Euskadi, ni tampoco el futuro de la industria vasca porque “supone muchos puestos de trabajo y una parte muy importante” de la recaudación en el régimen foral.
Luego fue Junts quien se sumó a este posicionamiento, tachando también la cumbre como un “paripé”. El partido de Carles Puigdemont ya ha dejado claro que no aceptará un impuesto que pueda poner en riesgo inversiones de las grandes empresas afectadas en Catalunya, especialmente de Repsol en el puerto de Tarragona. JxCat ya logró que Hacienda eliminara la figura de la reforma fiscal que pactaron hace un mes y ahora sigue ejerciendo la presión para que los planes del Gobierno caigan definitivamente en saco roto. De hecho, Junts ha endurecido sus posiciones en materia política y económica en las últimas fechas, como con el hecho de que Puigdemont anunciara una iniciativa para que Pedro Sánchez se someta a una cuestión de confianza y, después, con el acuerdo con el PP para aprobar una enmienda que suprimiría el impuesto de generación eléctrica, lo que forzó al Ejecutivo a mantener en suspenso la convocatoria de la comisión de Transición Ecológica, donde se iba a debatir la ley.
La reunión fue pactada en la semana de la reforma fiscal con Podemos. El PSOE consensuó con la formación de Ione Belarra, cuyos votos son necesarios, impulsar una nueva proposición de ley que contenga un impuesto a las empresas energéticas, algo que a estas alturas era inviable. Finalmente se prorrogará con un decreto ley pero falta seducir a PNV y Junts. Se prevé convocar a estas fuerzas la semana que viene, coincidiendo con la llegada al Pleno del Congreso de las enmiendas del Senado a la ley del impuesto mínimo global que introduce parte de la reforma fiscal auspiciada por el Ejecutivo.