Las autoridades haitianas elevaron este domingo a 1.419 la cifra de fallecidos a causa del terremoto de magnitud 7,2 que asoló el sábado el suroeste del país.
Protección Civil informó de que 1.419 personas murieron en el departamento del Sur, otras 162 en Nippes y 122 en Grand Anse, todas ellas provincias de la península suroeste, mientras que otras dos en el noroeste del país.
Las autoridades aumentaron a 7.000 los heridos por el terremoto. Aparte, más de 30.000 familias se han visto afectadas por el desplome o daños en sus viviendas, además de otra serie de edificios, como iglesias, centros escolares, comisarías, hoteles e instituciones sanitarias.
El primer ministro de Haití, Ariel Henry, quien se desplazó este fin de semana para evaluar daños ha indicado en su cuenta de Twitter que el "número de víctimas es muy elevado en la carretera que conduce a Camp-Perrin, al igual que en varias otras arterias del departamento".
"El Gobierno central ya ha tomado todas las medidas, con la ayuda de socios nacionales e internacionales, para despejar el paso y reparar rápidamente", ha añadido.
En este sentido, la subsecretaria de Estado estadounidense, Wendy Sherman, ha mantenido este domingo una conversación con Henry para expresar sus condolencias y ha señalado que Estados Unidos ya está poniendo recursos para apoyar la respuesta de emergencia de Haití, según un comunicado del Departamento de Estado.
El potente seísmo, que ha provocado nueve réplicas con magnitud superior a 4 en las horas posteriores, ha tenido lugar a las 08.29 (las 14.29, hora peninsular española), a unos 12 kilómetros de la localidad de Saint-Louis du Sud, y con un hipocentro a 10 kilómetros de profundidad, de acuerdo con el informe del Instituto Geólogico de Estados Unidos (USGS).
Por otro lado, Protección Civil ha advertido de que en los próximos dos días se espera la llegada de la tormenta tropical 'Grace' por lo que ha pedido a la población "prepararse para proteger sus vidas y posesiones". Ante esto, el Gobierno de Puerto Príncipe ha puesto bajo alerta amarilla al país.
UNICEF: DESCONOCEMOS "LA DEVASTACIÓN"
La directora ejecutiva del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), Henrietta Fore, ha reconocido que "aún no se conoce el alcance total de la devastación provocada por el terremoto".
"Los centros de salud, escuelas, puentes y otras instalaciones e infraestructura esenciales de las que dependen los niños y las familias también se han visto afectados, en algunos casos, de manera irreparable", ha alertado en un comunicado.
Asimismo, ha hablado de la necesidad de asistencia humanitaria de los afectados, no solo por el terremoto, sino por "las tasas alarmantemente altas de desnutrición entre los niños y la pandemia de covid-19".
"Las necesidades humanitarias en las zonas afectadas son graves, ya que se han interrumpido los servicios esenciales", ha dicho. si bien ha informado de que "la inseguridad relacionada con la violencia de las pandillas podría socavar la respuesta general".
"Hacemos un llamado a los actores armados en estas áreas para garantizar que las organizaciones humanitarias tengan acceso sin restricciones para brindar de manera segura apoyo y servicios oportunos para salvar vidas a los sobrevivientes", ha zanjado.
Haití, considerado el país más pobre del hemisferio occidental, aún vive con el impacto del catastrófico terremoto de 2010 que dejó unas 200.000 personas muertas. El país también vive un estado de agitación política desde el asesinato en julio del presidente Jovenel Moise.
El terremoto, que ya forma parte de los diez más letales de los últimos 25 años en Latinoamérica, se registró a unos 12 kilómetros de la localidad de Saint-Louis du Sud, con hipocentro a 10 kilómetros de profundidad, y también se sintió en la República Dominicana y Cuba.
El siniestro se produce en medio de un contexto difícil para Haití, que atraviesa desde 2018 por una delicada crisis política y económica, agravada por el asesinato el 7 de julio del presidente Jovenel Moise, perpetrado, según las pesquisas, por un comando de 26 mercenarios que irrumpieron en su residencia en Puerto Príncipe.