Cuando, en mayo del año pasado, DEIA anunció en primicia que la Sociedad de Ciencias Aranzadi iba a comenzar los trabajos de prospección del cementerio de Amorebieta-Etxano, ya se apuntaba que los terrenos de Leginetxe podrían albergar la mayor fosa común de Euskadi. Once meses después, el augurio va camino de cumplirse.
Si en los primeros trabajos impulsados por el Instituto de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos-Gogora se exhumaron los restos de 54 gudaris y milicianos muertos en la guerra de 1936, en la segunda fase, recién iniciada, se han hallado los esqueletos de otros 14 combatientes.
No es descartable que en los próximos días aparezcan más cuerpos. Diferentes fuentes cercanas a la investigación apuntan a una cifra cercana a la treintena.
Caídos en frentes cercanos
Tanto en el caso de los primeros hallazgos como en los más recientes, los indicios señalan que los restos pertenecen a gudaris o milicianos que lucharon contra el ejército franquista. En concreto, el miembro de la agrupación Euskal Prospekzio Taldea Alberto Sampedró indicó al principio del proyecto que los combatientes pudieron fallecer en los frentes cercanos, como Bizkargi, Intxorta, Legutio, Otxandio o que fueron trasladados desde el Hospital militar de Amorebieta.
La directora del Instituto de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos-Gogora, Aintzane Ezenarro, visitó ayer martes el lugar de los trabajos junto a familiares de personas desaparecidas en la guerra de 1936.
Según Ezenarro, a lo largo de esta semana, con la evolución de las labores, se podrá arrojar más luz sobre las circunstancias en que fallecieron las personas inhumadas en la fosa.
Tras las labores de exhumación y para dar paso al proceso de identificación, desde diciembre del año pasado el Instituto de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos-Gogora ha contactado con 35 familias de desaparecidos en la zona y ya ha obtenido la muestra de ADN de 17 de ellas para su posible identificación.
El objetivo del Instituto de la Memoria es conseguir contactar con el mayor número de familias de desaparecidos que responden al mencionado perfil: fallecidos en los frentes de guerra de la zona o en el hospital militar de Amorebieta cuyo lugar de inhumación se desconoce. Otra de las hipótesis iniciales y que está por comprobar fue que en la fosa pudiera haber presos de la cárcel de la localidad o, incluso, cuerpos llevados por los franquistas.
Gogora ha vuelto a hacer un llamamiento a las familias de los desaparecidos para que contacten con el Instituto e iniciar así el proceso que pueda llevar a una posible identificación. Se puede hacer a través del email o el teléfono del Instituto, gogora@euskadi.eus y 944 032 840, respectivamente.
Los trabajos de exhumación, tanto en la primera como en esta segunda fase, se hacen en una zona acotada del cementerio, que ha permanecido intacta durante todos estos años, y donde la documentación histórica indicaba que se enterraron personas fallecidas durante la guerra.
Esta intervención forma parte del programa de Búsqueda de Desaparecidos de la Guerra Civil que el Instituto de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos-Gogora mantiene con la Sociedad de Ciencias Aranzadi y, esta intervención en concreto cuenta con la colaboración del Ayuntamiento de Amorebieta-Etxano. Las identificaciones se realizan a través del laboratorio Biomics de la UPV/EHU.