Una mujer de 60 años de edad ha sido hallada muerta este jueves en la frontera de Melilla, en el interior de una ambulancia que pretendía cruzar desde Marruecos a la ciudad española, para ser atendida en el Hospital Comarcal.
Un portavoz de la Delegación del Gobierno ha asegurado que al comprobar personal sanitario español que la paciente ya estaba fallecida "horas antes", se decidió que la ambulancia regresara con la finada a Marruecos dado que aún no había cruzado a territorio nacional.
Según ha detallado la citada fuente, los hechos ocurrieron sobre las 06,00 horas de esta madrugada, momento en el que se persona en el lado marroquí de la frontera de Beni-Enzar una ambulancia que traslada a una mujer de más de 60 años, "asegurando desde esta ambulancia que dicha mujer que se encuentra mal y su intención de trasladarla al Hospital Comarcal".
Ante esta situación, agentes del Cuerpo Nacional de Policía solicitaron una ambulancia al servicio de atención médica urgente española del 061 para que valorara a esta persona y decidiera o no su traslado. Sin embargo, una vez personada la ambulancia, constataron que "esta persona está fallecida de horas atrás" ha asegurado el portavoz gubernamental.
En este sentido, ha destacado que "una vez terminadas las gestiones oportunas, y dado que la persona fallecida no ha entrado en el territorio nacional en ningún momento, la misma ambulancia marroquí que se había dirigido hacia la frontera es la encargada de llevarse el cuerpo sin vida hacia Nador".
Esta es la primera ambulancia que intenta entrar con un paciente a Melilla desde que reabrió la frontera el 17 de mayo de 2022 tras 26 meses de cierre por la crisis del covid-19.
Esta era una práctica habitual hasta marzo de 2020 --fecha del cierre fronterizo por el coronavirus-- y que había originado las quejas del Colegio de Médicos de Melilla porque en muchos casos se trataba de dolencias que podían ser atendidas en Nador, pero destacaban que había personas que preferían beneficiarse del sistema de salud pública español gratuito y con ello saturaban sus servicios.
Melilla, de hecho, ha reducido la atención de partos a un tercio desde el cierre de frontera con Marruecos y posteriores restricciones, al pasar de la atención de 2.476 gestantes de 2020 a 826 de 2022.