Los vecinos de la Txantrea se han visto sorprendidos estos días por algunas de las piezas de mobiliario urbano que el Ayuntamiento de Pamplona ha instalado en el Parque Sur, aún en construcción aunque con partes ya abiertas al público, en concreto por unas hamacas y sillones de madera, inusuales en la capital navarra y que pueden convertirse en un nuevo icono identificativo de Pamplona.
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Cuando finalicen las obras, estas hamacas y sillones permitirán a los paseantes disfrutar de un cómodo descanso en el parque, con vistas del perfil monumental de la ciudad, en el que la Catedral destaca como edificio protagonista. El parque, que se conforma como una serie de espacios y praderas concatenadas entre el río Arga y el límite con Burlada, va estar salpicado por diferentes piezas de mobiliario: 128 bancos de diferentes medidas, 4 fuentes, 48 papeleras, 6 aparcabicis, 93 pilonas y 13 alcorques.
De entre estas piezas destacan las dos hamacas modelo Chaise Longue Harpo, (de 60 cm de ancho por 1,51 de largo), y los cuatro sillones Longue Chaise Harpo (de 60 cm de ancho por 83 de largo), ambas piezas de la firma Santa&Cole, que las define como "una nueva tipología para el espacio público: un sillón con un mayor respaldo y una tumbona de largo perfil. Dos propuestas más abiertas y flexibles que permiten un reposo confortable en espacios de descanso".
Con asiento y respaldo formados por listones de madera europea o tropical, fueron diseñadas por Gonzalo Milá y Miguel Milá en 2017. "La forma del mobiliario urbano tiene que ser muy limpia, discreta, contribuyendo a la calle sin llenarla", explica el primero sobre su forma de entender el equipamiento urbano.
¿QUÉ SE CONSIDERA MOBILIARIO URBANO?
El mobiliario urbano es el conjunto de piezas y objetos de equipamiento con diferentes propósitos instalados en la calle: bancos, papeleras, buzones, bolardos, baldosas, empedrado, paradas de transporte público (las marquesinas han sido tradicional objeto de polémica en Pamplona), entre otros. Generalmente son instalados por los ayuntamientos para uso del vecindario y los factores más importantes en su diseño son cómo afectan la seguridad de la calle, a la accesibilidad y cómo resisten el vandalismo.
El mobiliario urbano en sí se ha convertido en una parte importante de las identidades de ciudades e incluso de países, tanto que uno puede reconocer la ubicación por su diseño. Esto sucede por ejemplos con las cabinas telefónicas rojas de Londres, los buzones residenciales de los Estados Unidos, las luces de la calle y las entradas de metro de París, el empedrado de ciudades como Barcelona, Bilbao o Río de Janeiro.
Las administraciones públicas los suelen mantener actualizados, aunque en ocasiones se ven piezas en mal estado, y los reemplazan de forma regular, generalmente para cumplir la normativa, por eso los muebles antiguos, obsoletos o incluso ya no funcionales desaparecen de las calles, algo que algunos casos provoca nostalgia entre los vecinos.
El parque Tiergarten en Berlín, por ejemplo, tiene una colección de farolas antiguas de todo el mundo, tanto de gas como eléctricas. También en Pamplona se siguen recordando las antiguas farolas, tan características de la ciudad como las fuentes del león, de color verde y hierro fundido. En 2009 había en la ciudad unas 180 fuentes del león fabricadas por Casa Sancena, empresa fundada en 1848 y ubicada hasta 2004 en la calle Joaquín Beunza de la Rochapea.
Esta empresa fabricó gran parte de los elementos de mobiliario urbano de la ciudad, los más conocidos, las fuentes y barandillas del león -con su variante de color verde con el león rampante, coronado por la corona ducal- y buen número de las tapas de registro que se ven aún en el suelo de las calles de la capital navarra. La barandilla blanca del paseo de Hemingway, sin embargo, fue obra de la empresa Luzuriaga.
Otras piezas características de la ciudad fueron los bancos con tablones de madera pintados de color rojo que se anclaban al suelo con soportes verdes de hierro forjado, también había una versión más sencilla de este banco, con un solo asiento, o los bancos de la plaza del Castillo, con tablones de madera encajados en estructuras laterales de cemento o las verdes papelimpias con las que el Ayuntamiento sembró la ciudad.
Fueron también señas de identidad de la ciudad los buzones con forma de cabeza de león instalados en el exterior del edificio de Correos en 1926, el kioso y el mosaico de la plaza del Castillo, -Yolanda Barcina, alcaldesa de Pamplona entre 1999 y 2011, prometió reinstalarlo al concluir las obras de la plaza, pero finalmente acabó enterrado en una ladera del barrio de Lezkairu-, en el kiosko del Bosquecillo, el palomar y la caseta de alquiler de bicicletas de la Taconera, la farola ubicada frente al Palacio de Diputación y que fue trasladada a la plaza del Vinculo.
Quizás estas novedosas hamacas puedan engrosar ahora ese listado de objetos representativos de la capital navarra, cuyos vecinos serán los que tengan la última palabra sobre su utilidad y comodidad. La llegada del buen tiempo propiciará que se tumben a la bartola aquellos que quieran relajarse en una nueva zona verde que incluirá huertas y viviendas.
DESCARGAR AQUÍ EL DOCUMENTO CON EL DISEÑO DE LAS HAMACAS