Con todos los detalles pulidos y las piezas del puzzle encajadas, las fiestas arrancarán hoy en Mendavia, unos días en los que la primera edil, que afronta el último año de la presente legislatura al frente del Consistorio, espera que reine el respeto y la unión.
¿Qué supone volver a celebrar y vivir las fiestas de Mendavia?
–Supone volver a disfrutar de unos momentos intensos, de gran emoción, y supone olvidarnos de lo que hemos vivido estos dos años pasados. Es una vuelta a la normalidad.
¿Por qué ha decidido que sea un chupinazo compartido?
–Hemos decidido que lo lancen entre el colectivo sociosanitario y el Ayuntamiento, entendiendo por ese colectivo el personal de la residencia, el consultorio médico y los servicios sociales. Con todos ellos estuvimos haciendo frente al Covid en el municipio y, de esta manera, ahora también nos unimos en lo bueno, en la fiesta. Ofrecérselo a ellos ha sido un acto de gratitud y de reconocimiento a la labor y trabajo que realizaron durante la pandemia. En Mendavia solo hay unas fiestas con cohete y por eso ha tenido que ser compartido. Por parte del Consistorio estará la edil de Festejos porque ella lo tendría que haber tirado hace dos años. Esto no quiere decir que no estemos muy agradecidos también a otras personas que ayudaron de alguna manera a que todo siguiera funcionando.
Tras dos años, ¿presenta el programa grandes novedades o se mantiene la estructura de otros años?
–Más o menos se mantiene porque creemos que así están bastante completos los días y que hay actos para todas las edades. Como novedad, hemos recuperado el encierro y las vaquillas del sábado a las 8.00 horas de la mañana, que hace bastantes años que se quitaron debido a la falta de público. A ver qué pasa este año.
Queda algo menos de un año para que concluya la legislatura, la tercera en la que ha estado al frente del Ayuntamiento. ¿Qué balance hace de este último mandato?
–El balance siempre es positivo, si no fuera así no estaría haciendo esta entrevista. En esta legislatura, marcada por la pandemia, me ha tocado vivir momentos muy duros y planificar cosas que ni siquiera se nos habían pasado por la cabeza que pudieran ocurrir. Sin embargo, este último año, por el contrario, está siendo muy bueno en cuestión de inversiones e ilusión por hacer cosas y por volver poco a poco a la normalidad.
¿Cómo ha sido gestionar, a nivel local, una pandemia mundial?
–Con mucho trabajo y con mucha incertidumbre. Con momentos de temor, pero siempre tratando de hacer las cosas de forma correcta e intentando proteger a la población. También he de reconocer que tuvimos mucha información y ayuda desde el Gobierno de Navarra.
¿Qué proyectos aspira a terminar o, al menos, a poner en marcha antes de mayo de 2023?
–Ahí estamos con la urbanización de calles y, además, me gustaría hacer las pistas de pádel que están prometidas, así como la urbanización de una zona del polígono industrial si Iberdrola nos desbloquea y nos deja. También queremos formar la comunidad energética ‘Toda Energía’ con la Cámara de Comercio de Navarra a la que se podrán unir tanto el Ayuntamiento como particulares, comercios, etc. Seguiremos avanzando en el Pacto de Alcaldías por el Clima y la Energía, que es un compromiso que tenemos muchos Ayuntamientos para reducir la emisión de gases de efecto invernadero en un 40% para 2030, y esperamos hacer la segunda fase del centro de biomasa como sistema de calefacción para los centros públicos. En cuanto al polígono industrial, eso sí, me gustaría conseguir el compromiso del Gobierno de Navarra de que la subestación eléctrica se va a construir.
¿Con qué retos se van a encontrar los que estén en la corporación a partir del próximo año?
–Deben intentar aumentar las zonas de regadío y tendrán que seguir urbanizando el polígono industrial.
¿Qué balance hace de su paso por el Ayuntamiento?
–A nivel personal está siendo una experiencia de aprendizaje; de aprendizaje a la hora de gestionar un municipio y a la hora de abrir la mente. Aquí aprendes a escuchar y a respetar todo tipo de ideas, a organizarte y a planificar y, además, se acentúa la paciencia. Es algo muy positivo. Por otro lado, y a nivel de gestión económica, ha sido muy bueno también; el Ayuntamiento lo encontré saneado y sigue así, con una situación financiera muy buena. El remanente, cuando cerramos el anterior ejercicio, era de 1.900.000 euros, algo que nos está permitiendo hacer muchas inversiones.
¿En qué se parecen y en qué difieren los tres mandatos?
–Se parecen en que hay que trabajar mucho y en que hay gestionar el dinero público, y hay que hacerlo bien; es una gran responsabilidad. Si embargo, el primero estuvo marcado por una gran crisis con importantes recortes económicos y en el que apenas hubo inversiones. En la segunda legislatura, por el contrario, hicimos grandes proyectos y el gasto fue mayor. Y, en esta tercera, marcada por la pandemia, hemos tenido que frenar el ritmo aunque a nivel económico, cabe destacar, es en la que más ayudas nos está llegando por parte del Ejecutivo foral. Y eso, sumado a que el Gobierno Central suspendió la Regla del Gasto y a la buena gestión que estamos haciendo, nos ha permitido impulsar grandes proyectos.
¿De qué proyecto se siente más orgullosa de los que ha impulsado?
–De acabar con la renovación del alumbrado público a LED (quedaban tres partes del total sin cambiar), de dejar terminado a nivel administrativo el polígono industrial (escrituras, reparcelación, proyecto de urbanización terminado, etc) porque cuando me lo encontré ni siquiera estaba a nombre del Ayuntamiento y había muchos problemas con particulares, de dejar unas buenas instalaciones deportivas (nuevo campo de fútbol y piscinas), de invertir en la mejora de los colegios, de haber solicitado el Canal de Navarra que, aunque con retraso, llegará, y de abrir las puertas del cambio energético. Es decir, de iniciar la transición ecológica.
¿Qué atractivos tiene Mendavia? Y, por el contrario, ¿qué carencias deben paliar?
–Lo mejor: su gente, sus paisajes, su patrimonio histórico cultural y sus fiestas. Lo que debemos mejorar es la parte industrial y la falta de energía en el polígono.
Mendavia celebró un acto de Memoria Histórica para recibir los restos de Francisco Lecea 83 años después. ¿Por qué cree que este tipo de gestos siguen siendo hoy en día tan importantes?
–Porque son actos necesarios para recuperar la Memoria Histórica. Lo marca la Ley, sí, pero también es una obligación y una deuda pendiente que tenemos con todos nuestros antepasados (no muy lejanos, por cierto) que perdieron la vida por defender la democracia y la libertad.
¿Les ha beneficiado tener un Gobierno socialista en Navarra?
–No sé si es por ser socialista o no, pero te puedo decir que es la legislatura en la que más ayudas económicas estamos recibiendo.
¿Cómo le gustaría, en su rol como alcaldesa, que le recordasen?
–Como una buena alcaldesa que se ha preocupado por el pueblo y por sus gentes, que los ha escuchado y que ha gobernado para todos.
De su paso por la Alcaldía, ¿qué ha sido lo más y lo menos gratificante?
–Lo mejor es cuando salen los proyectos y ves que la gente está contenta porque les mejora el día a día . Lo pero son los enfrentamientos con las personas; que no entiendan que hay que hacer las cosas con unos plazos y con unas normas. Que crean que no se actúa de una determinada manera solo por el hecho de fastidiar. Ahora con las redes sociales se ponen muchas cosas sin pensar y sin informarse. A veces me dan ganas de preguntarle a algunos si les he hecho algo o si sólo lo hacen porque soy socialista y ellos no. Eso me parece deprimente, sobre todo en un pueblo.
Y la pregunta del millón. ¿Optará a un cuarto mandato?
–Es difícil decirlo a nueve meses de las elecciones porque pueden pasar muchas cosas. Iremos viendo.
En caso de que decida no repetir, ¿cree que puede lastrarle al PSN en Mendavia que se marche la cara visible de los últimos años?
–Espero que no sea así. Si me voy será porque la persona que me sustituya representará al PSN igual o mejor que yo.