El problema del que se enamoró el joven ingeniero donostiarra Hasier Larrea es el de la multiplicación de los metros cuadrados. Su empresa, Ori, ya ha interesado a los gigantes del sector porque diseña muebles robotizados capaces de modificar y redefinir distintos espacios aprovechando un mínimo de metros cuadrados.
"La razón para emprender reside en enamorarse de un problema. Cuando eso pasa, te da la gasolina para empezar el camino. Y luego, el camino tiene un principio donde es una selva y usas un machete y vas abriendo camino, no lo ves claro, pruebas cosas... Luego, empiezas a ver un poco un modelo de negocio, empiezas a ver las operaciones y el sendero se convierte en una pista pedregosa, un camino de cabras; sigues avanzando. Al final, tras mucho trabajo, queda hasta asfaltado", explicó un Larrea que defendió que "se puede emprender en la cocina, en la ciencia o creando un espacio como este".
El enfant terrible vasco del mobiliario dice que "tenemos una noción equivocada del aprendizaje: creemos que aprendemos durante una época y después trabajamos". En realidad, como el mundo va cambiando, "si no aprendemos a un ritmo mayor que ese cambio, estamos muertos".
“ “El optimismo y la perseverancia resultan fundamentales a la hora de emprender un proyecto” ”
Hasier Larrea
Para emprender, es preciso seguir aprendiendo siempre. Y ser optimistas. "El optimismo es un valor muy importante. En ese camino donde uno intenta hacer algo muy difícil, surgen las dudas. Son el optimismo y la perseverancia las que nos ayudan a seguir", defiende. Y cita a Winston Churchil. "El éxito consiste en ir de fracaso en fracaso sin perder el entusiasmo". Argumenta Larrea que empezar desde un proyecto pequeño agudiza el ingenio y "te obliga a hacer más con menos, te fuerza a ser frugal, pero el hambre te impulsa y te lleva a innovar".
El premiado, a quien entregó su Hitz Saria Juan José Baños, director general de Grupo Noticias, dedicó unas palabras de agradecimiento a todas las personas que le han apoyado, algunas de las cuales se encontraban en el auditorio, a compañeros y, por supuesto, a sus familiares. "Los valores me los han inculcado los gigantes en los que me he apoyado".
Antes de concluir, se refirió al eje del evento en el que se encontraba: la palabra. "Tiene mucho valor para mí la idea de que lo que digo es lo que hago", subrayó Hasier Larrea. "Y eso se está perdiendo, la palabra empieza a tener cuatro o cinco significados y, dependiendo del día, quiere decir una cosa o es otra. Creo que debemos mantener el valor de la palabra, porque, de otro modo, estamos perdidos", sentenció.
Enamorado de un problema, empezando a transitar un camino con el firme en muy buen estado, Larrea mantiene el hambre por alcanzar sus objetivos y la determinación de continuar aprendiendo para seguir siendo una de las personas que cambie el mundo. Eso si, manteniendo la palabra dada.