Es la presidenta de la asociación empresarial vizcaina, Cebek, pero también es uno de los rostros y voces con mayor peso en la patronal vasca. Aumento de los costes de financiación, tensiones en las relaciones laborales, falta de mano de obra, pérdida de talento... hay muchos frentes abiertos pero las compañías cuentan con su “brújula” para “navegar en la incertidumbre”.
¿Puede el bloqueo del convenio del metal vizcaino desencadenar más choques laborales en Euskadi?
Hay una tensión artificial en los conflictos laborales. Una polarización de las posiciones sindicales en las negociaciones que tiene más que ver con las elecciones sindicales que con los procesos de diálogo. Están marcando su posición y eso, de alguna manera, tergiversa un diálogo normalizado. La última oferta que tienen sobre la mesa los sindicatos del metal supone un incremento salarial del 14% durante la vigencia del convenio. Supera a muchos convenios de otros sectores y ámbitos territoriales. En otras circunstancias, sin el horizonte de las elecciones sindicales, estoy segura de que habrían firmado ya. A muchas de las empresas auxiliares, que son pequeñas, les va a costar aplicar la oferta que está sobre la mesa. Se ha hecho un esfuerzo por parte de la patronal del metal y el rechazo hay que entenderlo en el ámbito de la polarización y la confrontación sindical, que no existe en la mayoría de las empresas.
¿La negociación a nivel de empresa está siendo más fluida a pesar de las tensiones que genera el IPC?
La inflación está desbocada y afecta a muchas personas en su día a día, pero también a las empresas. Es necesario un ejercicio de responsabilidad. Las empresas han visto como se reducen sus márgenes comerciales y están ganando bastante menos.
“ Esto es un ecosistema: muchas pymes vascas dependen de que Mercedes logre un contrato o de que Iberdrola siga invirtiendo ”
Esas negociaciones se producen en un contexto de ralentización, la economía vasca va a pasar de crecer un 4% a algo más de un 2%.
También se habla del 1%. Hay un escenario de gran incertidumbre, que es todo lo contrario a la economía, pero las empresas vascas hemos aprendido a navegar en ese contexto. Tenemos nuestra brújula. Lo que pasa es que ha habido tal cantidad de incertidumbre en todos los aspectos… Hay cosas positivas, como el tema de los suministros. Los cuellos de botella eran un problema añadido y se han resuelto. Ahora entre los problemas principales está la inflación y es importante que mantengamos los incrementos salariales ajustados a la realidad de cada sector, porque si no se producen efectos de segunda ronda que incrementan los costes de producción. También es un problema el precio del dinero, el coste de la financiación, que afecta a las familias, pero también a las empresas.
Durante el parón del covid las empresas constataron la necesidad de volver a mirar a casa y tener proveedores cerca. ¿Se ha avanzado en esa dirección?
Todas las crisis provocan una reflexión profunda y es evidente que la globalización no ayuda en cuestiones como las cadenas de suministro largas. A esa conclusión no solo han llegado las empresas, también la propia sociedad. Ahora todos estamos concienciados en consumir lo más cerca posible. No es solo una cuestión social, es economía. Se trata de no asumir riesgos con el transporte.
Hace unas semanas Gestamp no pudo atender las necesidades de Mercedes precisamente por la huelga del metal, ¿fue algo puntual?
Fue puntual. En el mapa de riesgo de cada consejo de administración está muy candente el problema de suministro. Quien no ha podido acortar del todo la cadena de suministros, tiene un plan B o un plan C. Las empresas nos movemos siempre para tener planes alternativos.
Precisamente, Mercedes acaba de confirmar la inversión para fabricar la nueva furgoneta eléctrica.
Todo proyecto de futuro como es este genera una gran tranquilidad. La automoción es una industria muy importante y hay que destacar la relevancia de las grandes empresas. Es verdad que el 95% de las empresas de Euskadi son pymes. ¿Cuántas de esas pymes dependemos de esas grandes empresas y de que traigan contratos? ¿De que Iberdrola siga invirtiendo aquí, de que Mercedes logre este contrato? Esto es un ecosistema. Si Mercedes cierra una semana hay una cadena de empresas pequeñas que o tienen que parar o sufren mucho. Y desde Cebek intentamos que su voz se escuche.
Ha comentado preocupaciones de las empresas. ¿Cuál es la principal?
Muchas empresas pidieron créditos durante el covid con intereses variables y ahora los tienen que devolver en plena escalada de los tipos de interés. Además, hay empresas que están pendientes de realizar inversiones y el coste del dinero está subiendo. Las cadenas de suministro ya no están en la ecuación, pero siguen estando el precio de las materias primas y el del dinero.
“ La paz social viene del empleo de calidad. Necesitamos unas relaciones más normalizadas. Los empresarios no somos el problema, somos la solución ”
¿Cómo están afrontando los bancos este momento? ¿Están encontrando facilidades las empresas?
Nuestros bancos se caracterizan por la cercanía con el cliente empresa y con el cliente persona. Están escuchando y buscando soluciones, tanto para hipotecas como préstamos empresariales. Pero el coste del dinero es el que es y los préstamos no pueden estar por debajo. Se pueden alargar plazos o pactar mayores carencias. Es lo que se está negociando.
Los fondos europeos no terminan de llegar.
Hay acelerones y paradas. La mayoría de las pymes no esperan que les llegue esos fondos. Quizás están más vertebrados para las grandes y medianas. Las pequeñas van a entrar en algunos Pertes, en el del automóvil hay un 40% de pymes. El kit digital tal vez está llegando, pero está más orientado a autónomos. Los Pertes están bien actualizados, pero van lentos. Hay preocupación porque no están llegando los fondos, pero es una oportunidad y, aunque nos va a costar, la patronal seguirá ayudando.
¿Se están retrasando inversiones?
El programa está diseñado de forma que no puedes empezar a hacer la inversión hasta que se apruebe el proyecto. Y algunas inversiones se están retrayendo por el coste del dinero, porque la mitad de los fondos son créditos que hay que devolver.
¿El compromiso de las empresas con las transiciones económicas evita que se aparquen las inversiones?
La empresa vasca siempre ha tenido muy claro su compromiso con las nuevas maneras de producir y consumir energía. Queremos que se prestigie a la empresa como agente y motor de cambio. Somos la solución, no el problema. El 85% del empleo de este país lo generan las empresas privadas, que también generan riqueza. La paz social viene del empleo de calidad y entre nuestras preocupaciones también está la negociación colectiva, que haya relaciones más normalizadas. Y nos preocupa también nuestra juventud. Queremos que nuestras empresas sean más atractivas para que los jóvenes se queden aquí, para que quieran trabajar con nosotros.
De hecho, la falta de mano de obra cualificada es una queja habitual de las patronales vascas.
Es que hay falta de mano de obra y es seria. No encuentran personal sectores como la construcción y hostelería, pero también ingenierías y TICs.
¿Y se está actuando para mejorar la situación?
Sí. El Gobierno vasco, las diputaciones, los ayuntamientos y las empresas estamos trabajando en ello.
¿Hasta qué punto los programas de ayudas del Gobierno vasco y las diputaciones permiten sortear el bloqueo de los fondos europeos?
Los programas de las administraciones son fundamentales. La gran ventaja competitiva que tenemos las empresas en este país es la cercanía que tenemos, que no hay en otros sitios, para poder acudir a la Diputación, al Ayuntamiento o al Gobierno vasco. Esa conexión funciona muy bien. A veces no es fácil, pero, si se detecta un problema, hay una acción pública para paliarlo en la medida de lo posible.