Política

“Hay que acordar el nuevo estatus con los no abertzales, pero sin darles derecho a veto”

La renovación del pacto estatutario con el Estado es uno de los grandes retos de la legislatura. Para Pello Otxandiano, debe notarse la mayoría abertzale del país
Pello Otxandiano. / Jorge Muñoz

¿También de cara a un consenso para el nuevo estatus el PSE es más pacato que el PSOE?

Lo es, lo es, si se juzgan las declaraciones de su secretario general. Sorprende su beligerancia y que no sea capaz de entender que sobre el reconocimiento nacional del pueblo vasco se puede construir un espacio de discusión e incluso un acuerdo en el que entren los que no se sienten abertzales. Hay una diferencia abismal entre lo que está diciendo Salvador Illa en Catalunya y lo que está diciendo Eneko Andueza aquí. Tenemos un PSE que está en posiciones que recuerdan a Ciudadanos.

¿Teme que esa postura vaya a impedir de nuevo el acuerdo?

Pero no le podemos otorgar derecho a veto. Aquí hay una mayoría abertzale amplísima y se tiene que notar. No para excluir sino para situar el debate político. Tenemos un estatuto que está erosionado. Y esto es un diagnóstico compartido entre PNV y Bildu, y el Partido Socialista debería estar de acuerdo porque es una cuestión objetiva. Esto apela a revisar el modelo de relación que tenemos con el Estado. De nada nos sirve tener más competencias si el Estado mantiene esta capacidad de erosión sobre nuestro autogobierno.

En la cuestión del nuevo estatus tenemos un PSE que está en posiciones que recuerdan a Ciudadanos

Y, aunque la mayoría sea claramente abertzale, ¿no habría que incluir a quienes no lo son?

Aquí hay un factor que hay que analizar. Por primera vez tenemos un presidente del Gobierno español ha planteado la necesidad de hablar del carácter plurinacional del Estado. Esto abre nuevas posibilidades. Y sí, hay que tratar de incluir a otras tradiciones políticas pero estas tradiciones tienen que ver que este debate también está relacionado con la posible modernización del Estado en el sentido de democratizarlo y darle un plus de estabilidad a su gobernanza.

¿Se ha hecho EH Bildu más realista en el debate sobre la relación con el Estado? Han pasado de promover la unilateralidad a abogar por la bilateralidad.

Somos pragmáticos. El pragmatismo transformador parte de las condiciones objetivas y subjetivas del momento. Y ahora las cosas pasan muy deprisa. Estamos en un momento en que se están produciendo grandes saltos. El régimen del 78 está entrando en cuestiones que antes negaba. Hay que aprovechar este momento si realmente estamos ante un gobierno que está dispuesto a canalizar ese debate.

Mientras, ustedes han empezado un proceso interno que se plantea como una balsa de aceite. No se escucha ninguna voz crítica.

Venimos de una trayectoria electoral ascendente y nos ha tocado este momento. Pero estos procesos siempre requieren una tensión. Y, siendo EH Bildu una fuerza muy plural, tenemos debates muy intensos. Por ejemplo, hemos abordado el debate sobre la Educación con posturas muy divergentes. Pero estamos siendo capaces de gestionar esas diferencias y hacer virtud de ellas.

No sé si ahora en una conferencia política de EH Bildu está tan claro quién es de Sortu y quién no

¿Qué quieren decir cuando afirman que en esta nueva etapa se ha superado la fase de la coalición?

Pues que hoy en día la pluralidad política e ideológica de EH Bildu no se sostiene tanto por la presencia de los partidos, que también, sino por la ingente cantidad de personas que se han adscrito sin la intermediación de los partidos. Y esa gente nueva es muy diversa.

Pero sigue habiendo una familia muy mayoritaria, que es la que representa Sortu.

No sé si en una conferencia política de EH Bildu está tan claro quién es de Sortu y quién no. Ya se ha construido una cultura política que trasciende los partidos y las diferentes tradiciones.

Lo que tampoco se pone nunca en cuestión es el liderazgo de Arnaldo Otegi, independientemente de los años que lleve en el liderazgo y de su edad. ¿Dónde queda la renovación y el dejar paso a los jóvenes que se reclama tanto en la política?

Yo creo que Otegi está dejando paso a los jóvenes. Los liderazgos pueden ser regeneradores o pueden obstaculizar. El de Otegi está valiendo para la conformación de una fuerza política en la que ya, en los próximos cuatro años, otra generación va a tomar las riendas. Y luego, esto no es una cuestión biológica. Hay liderazgos como los de Mujica, López Obrador, Petro, Jeremy Corbyn, Bernie Sanders… que han conectado con nuevas generaciones.

28/10/2024