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“Hay que seguir con Palestina, no podemos permitirnos perder la esperanza ni desesperarnos”

La delegada de UNRWA en Euskadi, Bárbara Ruiz, pide seguir teniendo presente la situación en Gaza y no perder la esperanza aunque sean “momentos muy oscuros”
Barbara Ruiz Balzola, delegada de UNRWA en Euskadi. / Irekia

La Agencia de Naciones Unidas para la población refugiada de Palestina (UNRWA, según sus siglas en inglés) recibirá el Premio Ignacio Ellacuría 2024 que concede el Gobierno vasco a través de eLankidetza-Agencia Vasca de Cooperación y Solidaridad. El jurado ha querido realizar un reconocimiento a la Agencia “por su compromiso, trayectoria y dedicación vital durante 75 años con el pueblo palestino en un contexto de conflictos continuos”. De UNRWA destaca, además, “el lado más humano del trabajo directo que realiza a favor de la justicia y de los derechos humanos con la población palestina”. El jurado concluye que merece recoger el premio“por el riesgo real de desaparecer; ya que implicaría quitar el derecho a refugio a la población palestina y el derecho de retorno a sus tierras y hogares”, haciendo alusión a la criminalización que sufre UNRWA.

¿Cómo está en estos momentos la situación en Gaza?

— Es una situación extremadamente preocupante y grave. Llevamos ya 13 meses de masacres sin precedentes, tanto en el número de personas asesinadas, como en el grado de destrucción de infraestructuras, también el nivel de desplazamiento forzoso al que se ha sometido la población y el uso del agua y del hambre como armas de guerra. Esta situación ha sumido a toda la población civil en una situación de supervivencia diaria y sólo cuenta con la ayuda humanitaria para poder salir adelante. Por otro lado, se está obstaculizando muchísimo la entrada de ayuda humanitaria y cada vez tenemos más difícil poder trabajar como queremos.

Recientemente, la relatora especial de la ONU sobre la situación de los Derechos Humanos para los territorios palestinos ocupados ha denunciado que hay indicios de genocidio también en Cisjordania y Jerusalén Este.

— En el caso de Cisjordania la situación también es tremendamente grave, aunque no está recibiendo tanto foco mediático. Pero sí, es cierto que desde el 7 de octubre se han acelerado tanto las incursiones militares en campamentos de personas refugiadas, la violencia colona y se ha limitado aún más la libertad de movimiento. Esto está llevando a que la población esté perdiendo sus medios de vida, está entrando cada vez más en vulnerabilidad y, bueno, además se ha acelerado la política de construcción de asentamientos. Con lo cual es uno de los peores momentos para el territorio palestino ocupado.

El mes pasado, el Gobierno de Netanyahu aprobó una ley que prohibe la actividad de la UNRWA en el país bajo la acusación de “terrorismo” y de ser “aliada” de Hamás. ¿Cómo les está afectando?

— Estas medidas todavía no han entrado en vigor, se ha dado un plazo de tres meses, pero estamos buscando una alternativa. Nosotras seguimos trabajando con normalidad, entre comillas. Lo que sí es cierto es que nuestros compañeros y compañeras allí están evidentemente angustiados. Están pasando un tiempo complicado porque se ha intensificado, y antes de la aprobación de esta ley, el hostigamiento hacia los trabajadores, incluida nuestra sede de Jerusalén Este, que fue incendiada hace unos meses. Sí, existe esa preocupación de falta de seguridad, pero ahora mismo seguimos trabajando.

¿Por qué el gobierno de Benjamín Netanyahu tiene a UNRWA en su punto de mira?

— El gobierno israelí siempre ha mirado con recelo a UNRWA, pero estos últimos tres meses se ha acelerado. La explicación es sencilla, creen que eliminando a UNRWA se elimina la cuestión de los refugiados de Palestina, que perderían su estatus. Pero ese estatus lo tienen garantizado por una resolución de la Asamblea General de Naciones Unidas que es distinta a la que creó UNRWA, y sus derechos están contemplados ahí. Con lo cual, no es cierto que desapareciendo UNRWA desaparecen ellos. Es un intento de neutralizar a la Agencia y de esta manera cambiar los parámetros políticos que se ha fijado la comunidad internacional para encontrar una solución justa y definitiva a la situación de esta comunidad.

Desde siempre, Euskadi ha sido un pueblo solidario con la causa palestina. ¿Qué podemos seguir haciendo desde casa en la solución de este genocidio?

— Pues lo primero es seguir informándose críticamente de medios fiables y seguir hablando de lo que está pasando. La cooperación vasca tradicionalmente ha apoyado mucho a Palestina. Y en el caso de UNRWA, para nosotras la alianza con el Gobierno vasco a través de la Agencia Vasca de Cooperación y otros donantes vascos es muy fuerte y estrecha. Yo creo que es justo y necesario que la ciudadanía también conozca cómo estas políticas de cooperación, al final, están salvando vidas, porque esto es una aportación de toda la ciudadanía.

¿Hay motivos para la esperanza?

— A nivel particular, yo diría que hay que seguir hablando de Palestina y que, a pesar de que sean tiempos muy oscuros, no podemos perder la esperanza, ni desesperarnos. Tenemos que seguir ahí, porque la situación no tiene precedentes y sienta un antecedente muy grave para cómo se van a conducir a partir de ahora a todos los conflictos. Es difícil vaticinar los movimientos a nivel regional e internacional en Oriente Próximo, pero no podemos permitirnos el lujo de perder la esperanza. Tenemos que seguir apoyando a la población refugiada palestina y a la población palestina en general, porque son los primeros perjudicados. Pero también lo es la comunidad internacional, y nosotros también estamos siendo víctimas cuando se producen toda una serie de atropellos al derecho internacional, en especial al derecho internacional humanitario. Ya que, como digo, sienta un precedente terrible para el futuro porque que pone en peligro a cualquier persona que se encuentre bajo una guerra.

28/11/2024