La Comisión interministerial del Gobierno español ha aprobado la financiación de dos medicamentos para lucha contra el cáncer de mama metastásico. Una enfermedad incurable y con una esperanza de vida de entre 4 y 5 años. Hablamos de Enhertu y Trodelvy, dos fármacos que cuestan 5 mil euros cada 21 días que dura el tratamiento. Es decir 90 mil euros al año.
"Es inasumible" subrayan Izaskun González, Rosa Salvado y Leire Sañudo, afectadas por esta enfermedad y que hoy sienten un rayo de esperanza y de satisfacción porque han conseguido junto a sus compañeras algo que llevaban mucho tiempo reclamando y peleando. En este tiempo han visto fallecer a compañeras para las que esta noticia no ha llegado tiempo. Pero sí servirá para las que ahora están luchando y para las que, por desgracia, vendrán.
"Era una cuestión de ponerse de acuerdo entre el Ministerio de Sanidad y las Comunidades Autónomas", destaca Leire. Finalmente se turnarán para sufragar el gasto que el Estado sí puede asumir. Sin embargo, subrayan que esto aún no ha terminado. "Queremos saber qué pasa en Euskadi porque la competencia está transferida", subraya. "Las compañeras nos preguntan y no tenemos respuesta. Así que nos vamos a reunir con el director de farmacia del Gobierno vasco para que nos lo explique", señala Izaskun.
MaiTETABizi
De estos años de lucha han surgido amistades y lazos que ya no se van a romper y que acaban de cristalizar en una asociación para Euskadi denominada MaiTETABizi que pretende "beneficiar a las pacientes y dedicar fondos de investigación para el cáncer de mama metastásico al que no se destinan tantos recursos", explican.
Una asociación que nace en mayo y que ahora está empezando a funcionar en redes sociales con el perfil de Instagram maitetabizi "Lo veíamos necesario porque tenemos muchas posibilidades y nos parecía importante sobre todo para la investigación", reconocen.
De ahí salen estos medicamentos punteros que puede alargar su esperanza de vida en 23 meses. En pacientes que tienen una esperanza de vida de cuatro o cinco años, "dos años es una vida para nosotras", afirma Rosa Salvado que se ha mostrado muy agradecida por las 157 mil firmas de su campaña en change.org.
Su día a día
Las afectadas por cáncer de mama metastásico que también afecta a los hombres aunque tan sólo en un 1%, son muy jóvenes. "Tenemos entre 35 y 50 años con niños pequeños, un trabajo y de repente te dicen que te quedan cinco años de vida. La calidad de vida se merma. Tienes médicos todo el rato, tratamientos, efectos secundarios, caídas de pelo...", resume Izaskun. Pero también señala que la unión entre ellas les da fuerza para seguir adelante.
"Como decía una compañera que falleció, 'ya que me ha tocado esta mierda que sirva para que las que vengan detrás tengan el camino más fácil', apunta recordando a aquel movimiento rosa de los años 80 que permitió la financiación de otros fármacos como el que ella toma y que le ha permitido alargar esa esperanza de vida. Ahora está estable. "Llevo viva 7 años. Hay que seguir para que las que vengan detrás tengan el camino más fácil", destaca.
Rosa también vivió el diagnóstico como un mazazo pero doble. "Se suponía que estaba curada. Hace diez años tuve cáncer de mama y de repente te llega este diagnóstico con una esperanza de vida de cinco años. Sabes que tu vida no va a ser buena. Gracias a las asociaciones y la gente de alrededor que te apoya es una manera de sostenernos entre todas", afirma.
Lleva tres años desde que fue diagnosticada y ha tenido varias líneas de tratamiento. Con la última ha logrado mayor estabilidad. "Soy de las que pueden optar a los dos medicamentos por el tipo de tumor que tengo", añade recordando que la familia te sostiene y que para ellos también es difícil porque "tienen que aprender a vivir con los efectos secundarios".
Leire afirma que cuando te llega algo así te replanteas las cosas. "Mientras esté aquí voy a intentar vivir y aprovechar el tiempo, estar con nuestras familias y al final facilitar el camino a las que por desgracia vendrán", destaca. "Yo ahora estoy bastante bien. Me operaron y me quitaron la metástasis de hígado. No sale nada. Pero hay que tomarlo con cautela. Cada cuatro meses tenemos controles. Toca vivir el día a día", remarca.
Las tres nos han brindado estos minutos de radio con una sonrisa en la cara y una fuerza difícil de igualar. No quiere decir que a veces se hundan. "Cada 90 minutos fallece una compañera. Tenemos momentos en que caemos al pozo. Cuando fallece una compañera lo pasamos fatal y luego hay momentos con dolores y te vienes abajo pero las que están bien tiran de ti para arriba", señala Izaskun.