“Hay que vivirlo todo plenamente, aprender de las experiencias y dar gracias a la vida”

La escritora Ayanta Barilli sigue recorriendo la geografía española presentando su nuevo libro, Si no amaneciera, un relato que habla sobre la paternidad, un regalo para su padre recientemente fallecido, Fernando Sánchez Dragó.

¿Cuándo descubrió su pasión por la literatura?

Yo me he criado entre libros y conversaciones que giraban en torno a la literatura. Por lo tanto, no sé en qué momento brota la vocación. Lo que sí sé es que desde pequeña me gustaba mucho contar historias, escuchar historias, ver historias, leer historias... Todo giraba en torno al relato. 

En redes sociales es muy activa, y ahí comparte otras pasiones como la danza, la interpretación, sus mascotas... ¿Qué le aporta la compañía de sus gatos, grandes protagonistas de su perfil de Instagram?

Muchos escritores en la historia de la literatura están acompañados por gatos. Los gatos en cuanto te pones a leer se enroscan encima o a tu lado, y cuando te pones a escribir se intentan poner en el teclado del ordenador... Creo que realmente hay una conexión muy especial. Además, el gato consuela, el gato sabe cuándo estás triste. Se sienta encima del corazón y con el ronroneo acompasa tu respiración... Yo tengo mucha cercanía por estos seres tan especiales, y además me hacen perder una cantidad de tiempo increíble. Si andan por ahí, paro todo lo que estoy haciendo y los observo. 

Mucha gente ha visto experiencias compartidas en la relación padre-hija de Si no amaneciera. Al escribir, ¿usted también hizo una introspección de su propia experincia?

Por supuesto. Los escritores bebemos de nuestra propia vida y de nuestra propia experiencia. Claro, esta novela en particular está llena de apuntes autobiográficos, si bien es una historia de ficción. 

Habla de la muerte, el duelo, la despedida... ¿Por qué siente que nos cuesta hablar de ello?

Porque no damos gracias a la vida. Que es de lo que hablo fundamentalmente en este libro. El tema principal es vivir en el presente y darnos cuenta de todo lo que tenemos. 

Este libro se publicó dos semanas después del fallecimiento de su padre. Es un buen regalo de despedida, esta oda a la vida.

Sí. Lo es porque en el caso de mi padre cumplió su ciclo vital y ha tenido una vida completa, muy vivida. Era un hombre con muchas ganas de todo. Creo que de eso se trata, y este libro es un regalo que le hice a mi padre, y estoy muy feliz y agradecida a que los dioses, las diosas o el destino propiciaran que pudiera leerla antes de morir. 

¿Qué le diría a quien esté pasando por un momento de pérdida?

En la vida no hay consejos. Hay que vivirlo todo plenamente, aprender de las experiencias y dar gracias a la vida. Entender que estamos de paso y que nada importa nada o todo importa todo.