Esta joven ilustradora se ha inspirado en los míticos libros de Wally para elaborar una composición “dinámica y colorida”, creada digitalmente, con la que ha intentado plasmar el carácter “caótico” de estos festejos. Páez, de 23 años, estudió Creación y Diseño con minor en Ilustración en el campus de Leioa de la UPV/EHU y, tras graduarse, realizó un máster de Animación 2D en la escuela Trazos (Madrid). A día de hoy, está experimentando también con el 3D, modelando escenas y personajes que trata de incorporar a sus ilustraciones y carteles.
Tras haber llegado a la final en el último concurso de carteles de La Blanca, la artista se decidió a intentarlo de nuevo en el de Carnaval y esta vez sí ha salido cara. “Me pilló un poco de sorpresa, la verdad”, reconoce Páez, que se ha impuesto a otras 26 creaciones presentadas al certamen y ha logrado un premio de 1.500 euros. Aunque se confiesa “no mucho de fiesta”, avanza que este año tan especial tendrá que hacer “la excepción”.
Siendo tan joven, este habrá sido uno de los primeros concursos a los que se ha presentado.
–Sí. Me presenté al último concurso de fiestas de La Blanca y fui finalista, pero ahí se quedó. En este he tenido más suerte (ríe). Aparte he participado en concursos de pueblos pequeños, pensando que igual tenía más oportunidades, pero no coló.
Pues zorionak, porque ahora sí que sí. Supongo que muy contenta.
–Muchas gracias, sí. Me pilló un poco de sorpresa, la verdad. Porque en el de La Blanca me avisaron de que era finalista y ya después me mandaron un correo porque no habían seleccionado mi cartel, pero esta vez la llamada ha sido directamente de has ganado. Así que me pilló súper de golpe, pero muy bien.
Ha recurrido para crear su cartel a un clásico de los Carnavales, la sardina, y también a un icono de la ilustración como es el personaje de Wally. ¿Cómo se le ocurrió ponerlos en relación?
–Me fijé en carteles de Carnaval de años anteriores. Por ejemplo me gustó mucho el del elefante –año 2015–, donde aparecían varias personas disfrazadas de lo mismo en conjunto. Entonces me planteé cómo incorporar eso de alguna manera a mi cartel y se me ocurrió la sardina. Por no dibujar una sardina así tal cual, que iba a quedar un poco evidente, la hice en dos personajes divididos. Como en los libros de Wally, hay un ajetreo y personajes mezclados que no encuentran a su pareja de disfraz.
¿Y qué ha querido plasmar?
–He intentado plasmar lo caótico que es el Carnaval. Pasan muchas cosas en el cartel y gente interactuando. Por ejemplo, hay una niña disfrazada de mago que está involucrada en el grupo de los gnomos. En Carnaval te juntas con gente que no conoces, así que se puede decir que ese mago se ha metido ahí porque le apetecía.
¿Qué técnicas ha utilizado?
–El cartel es todo digital. Yo trabajo siempre así. He utilizado el Clip Studio Paint, que es una aplicación parecida a Photoshop.
Cambiando un poco de tema, ¿cómo va a vivir estas fiestas?
–Yo tranquilita, porque no soy mucho de fiesta. Sí que saldré un poco, pero en plan relajado. Hace mucho tiempo que no me disfrazo, pero estoy barajando ideas.
Bueno, justo este año... habrá que hacer algo, ¿no?
–Sí, algo caerá. Este año tengo que hacer la excepción (risas).