Paula Losada hace referencia a los momentos que vivimos en una sociedad en la que los que los episodios de violencia de género existen y se ejercen de diferentes formas. Flechas, el corto que Cosmo estrenó ayer, hace referencia a la violencia machista sobre las adolescentes. El vídeo está a disposición de todos los espectadores, que se sumergirán en un mundo de oscuridad y que muestra que hay violencias que no tienen edad y que están presentes en todas las etapas de la vida de una mujer. Tratar de erradicarlas y hacerlas visibles es el objetivo. Paula Losada, modelo, actriz y bailarina de clásico, está trabajando ahora en una serie diaria, La promesa, que TVE estrenará el próximo año en la que no hay puntas ni zapatillas de ballet; las ha dejado en casa para usarlas en la intimidad.
PERSONAL
Edad: 22 años (7 de diciembre de 1999).
Lugar de nacimiento: Barcelona.
Trayectoria: Estudió danza Clásica en la escuela Corella Dance Academy. Tras graduarse a los 18 años intentó combinar la disciplina de danza clásica con cursos intensivos de baile contemporáneo en Londres e Italia. Hace dos años, cuando estaba en una agencia de modelos, se presentó al casting de Las niñas de cristal y fue elegida como coprotagonista. Ayer estrenó en Cosmo el corto Flechas y actualmente trabaja en la serie La promesa para TVE.
Parece que este es su año en materia de trabajo...
Cierto, pero los inicios de la película Las niñas de cristal me quedan muy lejos, aunque sí, podemos decir que con esa película y con Flechas este es el año en el que han descubierto a Paula. Han pasado solo dos años pero me parecen que han sido diez.
Es usted una actriz muy joven.
Tengo veintidós años y cuando me cogieron para la película tenía veinte. Fue increíble.
¿Cómo es su personaje en Flechas?
Es como la madre del grupo de amigas. No es que sepa más, es que todas confían en ella y de algún modo actúa como una persona mayor. Es esa persona que siempre carga con las responsabilidades de los demás, que carga con todo. En el corto se ve que a ella le pasa algo, pero no puede romperse porque tiene que dar la cara por los demás, y cuando se ve en la tesitura de necesitar ayuda no sabe cómo pedirla. Quiere aparentar que no pasa nada, aunque por dentro está muy frágil.
¿Le sorprendió que le llamaran para hacer Flechas?
Con el director (Imanol Ruiz de Lara) me seguía por redes sociales. Es posible que incluso hubiéramos hablado a través de ellas. Cuando me propuso hacer este corto yo estaba en un momento en el que buscaba hacer este tipo de cosas. Me sorprendió que me contactase, porque yo era una doña nadie. Me hizo mucha ilusión esa llamada y me ha encantado estar en este proyecto.
Estamos hablando de violencia machista en la adolescencia. ¿Ha vivido alguna experiencia similar a las que se narran en el corto?
Cuando me dieron el guion sentí que sí, aunque quizá no llevada tan al extremo ni al límite. Vivimos en un mundo en el que estas cosas pasan. Sí que he vivido momentos en los que me he sentido como muy violentada, momentos en los que me he sentido como traspasada.
¿Lo ha comentado con alguien?
No, no he dicho nada por no molestar. Puedo decir que he tenido alguna experiencia de este tipo, pero no a los niveles que contamos en Flechas.
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Sabría que desde hace algunos años Cosmo tiene por costumbre hacer este tipo de cortos...
Sí. Este lleva dentro una crítica social que hace de él algo muy interesante. He visto alguno de los trabajos de Cosmo y me han parecido increíbles. Es importante que se vean estas historias y que determinados temas salga a la luz.
¿Y cómo llegó al casting de Las niñas de cristal?
Es curioso. Yo en ese momento estaba en una agencia de modelos y fue la que me propuso para el casting. Fui a las pruebas en Barcelona, me hicieron una entrevista, y a esperar. Luego recibí un mensaje diciéndome que querían verme en Madrid.
Y vio que todo era posible, ¿no?
¡Qué va! Fui con un poco de miedo, también algo más segura, y pensando: No te emociones, Paula. Puede no salir. Sorprendentemente acabó saliendo adelante. No fue algo buscado. En la agencia me decían que no podía perderme ese casting, que era el más importante que había entonces.
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Su primera película y consigue un papel de coprotagonista. Eso es empezar a lo grande.
Claro. Ahí está la historia de todo. Ahora lo miro y pienso: Qué miedo. Pero ya está hecho. No sabía el peso que podía tener ese personaje. No le había cogido el calibre, aunque puedo decir que lo trabajé con el máximo mimo y respeto.
¿Piensa seguir su carrera artística a través de la interpretación o de la danza?
De la interpretación. Después de la película me metí en clases de teatro e interpretación. Quiero estar preparada para los trabajos que tengo y los que puedan salirme.
¿Y qué otros trabajos tiene?
Sigo haciendo casting, algo que le viene muy bien a un actor o actriz. Aunque no te cojan hace que te sientas muy vivo en el mundo de la interpretación. Las pruebas hacen que otros sepan de ti y te tengan en cuenta. Tengo la suerte de que en agosto empecé a trabajar en una serie diaria para La 1 La promesa. Es una historia de época ambientada en 1913. Estoy aprendiendo mucho y voy a cuatro o cinco secuencias por día, todo va muy rápido, los tiempos son frenéticos.
¿Baila en esta serie?
Es la primera vez en la que me he despedido del baile. He dejado la danza para casa, para mi habitación. Bueno, hay algún vals que bailo, pero he dejado mis puntas, mis zapatillas, en casa y me he centrado más en proyectar la voz y en hacer un personaje creíble.