Polideportivo

Healy late en Gernika

El bravo irlandés se exhibe en una actuación formidable para rematar en solitario la fuga de 154 kilómetros en la que respira Pello Bilbao en un día sin alteraciones entre los favoritos de la Itzulia, a la espera del cierre en Eibar con Almeida en el lide
El ciclista irlandés Ben Healy celebra la victoria en Gernika.
El ciclista irlandés Ben Healy celebra la victoria en Gernika. / Efe

Era Pello Bilbao un personaje de Shakespeare en Urduña, la única ciudad de Bizkaia. Hablaba el gernikarra de las dudas después del dolor de la caída, apaleado el cuerpo raspado, repleto de abrasiones que le han ido quemando en la Itzulia, una carrera de mecha corta.

Pello Bilbao era el príncipe Hamlet. “Ser o no ser, esa es la cuestión”. “Todos son dudas, pero de algún modo u otro seré protagonista”, lanzaba el vizcaino al aire pensando en Gernika, en su matriz, en su cordón umbilical, en los suyos, en la afición.

Pello Bilbao fue el ideólogo del quinto acto de la Itzulia. Extrajo del anonimato la subida picajosa, incómoda y dura de Baldatika, camuflada para el ciclismo en el costumbrismo de la sabiduría popular, entre las gentes del barrio de Metxikas. Pello Bilbao la desbrozó dibujándola sobre el perfil de un día que le imantaba y le seducía. Amor a primera vista. Imposible rechazarlo.

Pello Bilbao comanda la fiuga, con Healy a cola.

Pello Bilbao comanda la fiuga, con Healy a cola. Efe

Pello Bilbao se subió a la primera ola para surfear el perfil de Urdaibai, el del olor a salitre que emanan las playas, vecinas Laida, serena y extensa, y la revoltosa Laga, con su arena rugosa. En esa postal bucólica sobresalió la belleza cruda de Ben Healy, que completó una exhibición de tremendismo para coronarse tras una escapada de 154 kilómetros.

Primero acompañado y después en solitario durante 60 kilómetros, Healy subrayó su carácter indomable por la etapa que diseñó Pello Bilbao. Estuvieron en la misma cordada hasta que Healy soltó amarras para condecorar una victoria incontestable.

Exhibición de Healy

“Era una buena oportunidad y un buen terreno para mí”, dijo el irlandés. Grandioso. Caballo loco. Healy es un tipo que no elucubra. Sin dudas. Nada de reflexiones. El irlandés es un acto de fe. Una certeza rocosa. Un imponente axioma como Ogoño. Inalterable el peñón ante el oleaje del Cantábrico que empuja.

Una fortaleza de la naturaleza. Un castillo. Así es Healy, un irlandés temperamental y bravo. Sin miedo. Corre sin guantes. Es un boxeador del ciclismo. A mano desnuda. Ciclista de culto. Es el suyo un ciclismo de autor. En Gernika expuso su obra de arte.

Alejado de los patrones y de la ortodoxia, del cálculo y la matemática, Healy, el aspecto de trasnochador, el casco torcido y el andar no menos sinuoso es tan exótico que no parece ni ciclista. Lo es y de los grandes. El irlandés dispone de un motor enorme y, sobre todo, una actitud arrolladora. Así completó su victoria de autor. Una barbaridad.

Un loco maravilloso el irlandés, que exuda el carisma de la normalidad. Por eso muchos se ven reflejados en su comportamiento. Un tipo de la calle en la élite. No se queja Healy, actúa. Es el símbolo de la lucha. Un poeta persiguiendo su musa. Un bohemio con aspecto de bardo, barba y melena, que conectó con el ciclismo valeroso.

El irlandés, fuerte y tozudo, se destapó con su ciclismo romántico, lejos de la prosa. Es un verso suelto, una maravilla. Un buscavidas que no mendiga ni una ayuda. Tiró como un poseso cuando estuvo acompañado y cuando era un lobo solitario que huía de las fauces del pelotón.

De dudosa estética su caminar, su belleza, insobornable, proviene del ideal que persigue. No se oculta. Siempre se expone. A pecho descubierto. A nadie espera. Amante de las utopías. En mi hambre mando yo. Un anarquista en el ciclismo del cálculo. Todo corazón. Generoso al extremo.

Una fuga de calidad

Healy se erizó y pinchó al quinteto que se hermanó con él en el arranque. Baudin era su compañero, pero tumbó al resto: Pello Bilbao, Alaphilippe, Armirail y Barguil, que le acompañaron en la aventura hasta que el irlandés, hipnótico, les mandó al olvido. Un hombre a una fuga pegado. Conmovedor el esfuerzo de Healy, que la víspera se comió otros 100 kilómetros colgando de la percha de una fuga. Era su ensayo.

No había mejor guía para Healy que Pello Bilbao, conocedor de cada centímetro de la carretera cuando esta se recostó en sus dominios. Héroe local. El grupo era un nudo de calidad. Dorsales enmarcados en pan de oro. Alaphilippe, dos veces campeón del Mundo, el impetuoso Healy y tres franceses guerrilleros, siempre dispuestos a la pelea.

Joao Almeida, líder de la Itzulia.

Joao Almeida, líder de la Itzulia. Efe

Todos empastados con pasión en la misma misión que les llevaba por carreteras sinuosas y estrechas prensadas por las manos fuertes de los montes de manos verdes. Se arrullaba la mar, en paralelo, susurrando una nana.

Healy, que es revoltoso y obstinado, desató la tormenta. Se zambulló en solitario entre repechos y falsos llanos en el punto de fuga de las playas. Pello Bilbao elevó una ceja de preocupación. Sabía que Healy iba en serio, pero sus piernas no tenían el arsenal suficiente para encapsular al irlandés.

Itzulia

Quinta etapa 

1. Ben Healy (Education First) 3h55:57

2. Axel Laurence (Ineos) a 1:47

3. Simone Velasco (Astana) a 1:48

4. Alex Aranburu (Cofidis) m.t.

5. Romain Grégoire (Groupama) m.t.

6. Maxim Van Gils (Red Bull) m.t.

7. Pau Miquel (Kern Pharma) m.t.

45. Mikel Bizkarra (Euskaltel-Euskadi) a 2:22

46. Unai Iribar (Kern Pharma) a 2:28

48. Ander Okamika (Burgos-BH) a 2:59

General

1. Joao Almeida (UAE) 16h08:05

2. Max. Schachmann (Soudal) a 30’’

3. Florian Lipowitz (Red Bull) a 38’’

4. llan van Wilder (Soudal) a 49’’

5. Mattias Skjelmose (Lidl) a 50’’

6. Wilco Kelderman (Visma) a 1:11

7. Alex Aranburu (Cofidis) a 1:37

8. Enric Mas (Movistar) a 1:38

9. Simone Velasco (Astana) a 2:14

10. Steff Cras (TotalEnergies) a 2:15

23. Unai Iribar (Kern Pharma) a 4:36

40. Gotzon Martín (Euskaltel-Euskadi)a19:32

52. Ander Okamika (Burgos-BH) a 22:06

68. Mikel Bizkarra (Euskaltel-Euskadi) a 25:38

72. Txomin Juaristi (Euskaltel-Euskadi) a 26:24

Control del UAE

El pulso con el pelotón, donde viajaba Almeida a hombros de los costaleros del UAE, se había fijado en dos minutos. Healy, el cuello torcido, pero con el destino firme, era una línea recta. Una flecha hacia la diana. En las rampas de Akorda, Armirail se deshilachó, laminado por una cuesta traicionera, con velcro.

El descenso, una culebra resbaladiza, bamboleante, que danzaba riesgo, lo completó Healy trazando con el corazón en la boca. Izó la bandera pirata de la bravura, el arrojo y la determinación. Arrancó el retrovisor. Es una brutalista.

El pelotón engulló a Pello Bilbao y al resto de fugados antes de descorrer el secreto de Baldatika, presentada al mundo, abierto a los ojos de los curiosos. Alex Aranburu se personó con el espíritu de combate intacto en esas rutas vecinales. Los favoritos diseminados al comienzo por lo abrupto de la subida, se fueron encolando después.

El líder manejó los tiempos sin alterarse. Lipowitz presionó. Almeida silbaba dominio a su espalda. Padeció Schachmann. Todos ellos se tasarán este sábado camino de Eibar, donde se entronizará al campeón de la Itzulia. Ajeno a ese universo, Healy era un deleite, el entusiasmo de un ciclista intrépido, un luchador nato, sin mando, ni general. Gloria y honor para el irlandés errante. Una corazonada. Healy late en Gernika.

2025-04-12T15:34:03+02:00
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