La labor de Carlos Benavídez en el centro del campo del Deportivo Alavés no es la más llamativa ni la más mediática. En algunos casos, incluso, se podría decir que el veintitrés babazorro pasa completamente desapercibido ante la mirada de quienes se asombran con el talento de Salva Sevilla o Jon Guridi. Sin embargo, aunque muchos no noten su presencia, el uruguayo siempre está ahí. En la sombra; al acecho; dispuesto a hacerse cargo de todo el trabajo de los bajos fondos. Ese que es fundamental para que el almeriense y el azpeitiarra se sientan liberados y, metros más atrás, los centrales estén protegidos. Algo oscuro, muchas veces sucio, pero que, cuando falta, se nota sobremanera.
¿Cómo está el equipo después de que, con la victoria en Lugo, haya registrado el mejor arranque liguero del Glorioso en Segunda?
El vestuario está motivado, pero, sobre todo, muy unido. Desde que perdimos contra los Wolves en verano, cambiamos el chip y nos propusimos, junto al míster, forjar un buen grupo y tratar así de empujar todos en la misma dirección.
Sobre esto último, la fortaleza humana del grupo, ha hablado mucho Luis García en estas semanas, ¿coincide con él en que este es uno de los mejores vestuarios en los que ha estado?
Sí, la verdad es que sí. En los entrenamientos todos damos nuestro cien por cien y eso genera una competencia interna muy buena y sana. Aunque podríamos tener una plantilla un poco más amplia, estamos muy comprometidos y preparados para jugar y ofrecer un gran nivel. Esto, lógicamente, está creando una unión muy importante.
La amplitud de la plantilla, precisamente, es uno de los temas más debatidos, ¿les preocupa?
Diría que no; solo lo notaríamos en el supuesto caso de que se lesionaran dos por puesto, lo cual espero que no pase. Como he dicho, no hay nadie en este equipo que no esté dispuesto a dar el máximo y luchar hasta el final.
En esa misma línea, ¿qué importancia está teniendo la labor de los canteranos?
Son el alma del Alavés. Es muy importante que estén a la par, entrenando con la misma exigencia que nosotros, porque se les puede necesitar en cualquier momento. Creo que los jóvenes son los que terminan sacando a los clubes a flote.
Uno de esas promesas es Balboa, alternativa natural en su posición, ¿cómo lo ha visto?
Qué puedo decir. Balbo es un chico muy bueno y completo, al que le tengo gran admiración, y que para mí ya no es un chaval. Hablo mucho con él y, si sigue trabajando como hasta ahora, estoy seguro de que le va a ir muy bien.
Y, además del grupo, ¿cuáles han sido las claves para tener un arranque de liga tan positivo?
La persistencia. Nunca nos damos por vencidos, tal y como nos pide el míster, y peleamos de principio a fin, sin importar el resultado. Si el partido dura 95 minutos, nosotros jugamos a tope los 95 minutos.
¿Cuál piensa que es el encuentro más completo que ha hecho el Alavés hasta ahora?
A mí, personalmente, me gustó mucho el de Leganés, porque en ningún momento tuvimos la sensación de que el rival pudiera hacernos daño. Luego, ante el Lugo, creo que ofensivamente ofrecimos una versión increíble y, además, nos mantuvimos sólidos atrás. Considero que esos dos han sido los mejores.
Respecto a dicho choque, ¿Cómo vivieron esos minutos en los que atacaban y el gol no llegaba?
Hay jugadores que se ponen nerviosos en situaciones así, pero yo soy de los que cree que, cuando se tienen las ocasiones, se debe mantener la calma e insistir. Eso hicimos el otro día y nos sirvió para llevarnos los tres puntos.
¿Y cómo valora sus actuaciones?
Sinceramente, estoy muy contento. Aunque me perdí dos partidos por un golpe en la rodilla, me he sentido muy bien cuando he podido jugar. Estoy cómodo con el rol que cumplo dentro del campo.
Al contrario que otros futbolistas, usted no necesita ser muy vistoso para realizar grandes actuaciones.
Y eso me agrada. Me siento a gusto haciendo ese trabajo sucio, robando balones y combinando con los compañeros. Además, una labor así es mucho más sencilla cuando confías en quien tienes al lado.
Se ha hablado mucho de la exigencia de la Segunda División, ¿qué le ha parecido hasta ahora?
Aquí hay mucha más calidad que en Sudamérica; allí se corre más y es todo más físico. No digo que este último no sea un fútbol muy bueno, pero el de España es mucho más táctico y no te permite cometer tantos fallos.
Y eso que, ahora mismo, el conjunto babazorro no está en la máxima categoría, ¿le gustaría debutar en ella como albiazul?
Sin duda, para eso he venido. El equipo está peleando cada día por cumplir dicho objetivo y sería un sueño poder jugar en Primera con el Alavés.
La medular que conforma usted junto a Salva Sevilla y Guridi se está llevando muchos elogios, incluso se comenta que está por encima del nivel de la categoría, ¿cree que, si los tres están al cien por cien, son tan diferenciales?
Está claro que esto es fútbol y puede pasar cualquier cosa, pero sí es cierto que estoy jugando al lado de dos futbolistas con una calidad tremenda. A Salva ya le conocía y Jon me ha sorprendido muchísimo.
Que, con 38 años, el almeriense siga ofreciendo ese nivel es una locura.
Es admirable, simplemente. Es el claro ejemplo de lo que es tener pasión por el fútbol.
El partido frente al Huesca va a ser diferente al de Lugo, ¿qué espera de este?
Tiene buenos jugadores, como nos ha dicho Luis, y va a ser un choque muy duro. De todas formas, si trabajamos bien durante los 90 minutos, creo que tendremos muchas opciones de llevarnos los tres puntos.
¿Cómo es Luis García?
Es una persona fuerte, que sabe lo que quiera, y muy directa. A los futbolistas nos gusta que nos digan las cosas claras y él lo hace sin pelos en la lengua. Además, se nota que confía mucho en su trabajo y también en nosotros.
Desde fuera, parece que, precisamente, en lo que más destaca es en esa relación con cada integrante de la plantilla.
Y así es, Luis transmite mucha confianza. Yo estoy muy cómodo entrenando con él porque me gustan los técnicos que hablan y se interesan constantemente por sus jugadores, respetando siempre, eso sí, el lugar de cada una de las partes.
¿Y en qué está haciendo hincapié en el día a día?
Las bases siempre han sido las mismas desde que empezamos a entrenar en julio; lo principal para él es que nunca demos ningún balón por perdido y que seamos un grupo sólido y unido.
Por último, ¿Qué mensaje le manda a la afición?
Estoy seguro de que lo van a hacer, porque así lo han demostrado siempre, pero que estén con nosotros en todo momento. Vamos a luchar con uñas y dientes para devolver al Alavés a donde merece estar.
“Ascender con el ‘Glorioso’ me parece un reto muy bonito”
Superar una lesión grave de rodilla no es para nada sencillo. Aunque todos los futbolistas que se ven obligados a pasar por situaciones así saben que hay luz al final del túnel, la incertidumbre por regresar a un buen nivel y, además, la soledad que se siente a lo largo del proceso, durante el que están casi siempre apartados del grupo, hacen de la recuperación un auténtico reto. Y así lo fue para Carlos Benavídez, quien, antes de recalar en el Deportivo Alavés, tuvo que hacer frente a dos roturas del ligamento cruzado; algo que le ha hecho más fuerte, pero que ya es cosa del pasado, pues ahora, en Mendizorroza, está dispuesto a reencontrarse con su mejor versión y, de esta manera, ayudar al conjunto babazorro en su camino de vuelta a Primera División.
La afición no debe preocuparse por su ausencia ante el Mirandés y el Ibiza, ¿verdad?
No, no, solo fue un golpe. Se me hinchó un poco la rodilla y decidimos parar por precaución, pero estoy al cien por cien.
Hablando de lesiones, usted en Argentina tuvo dos muy graves, ¿cómo fue el proceso de recuperación? Cada jugador lo suele llevar de una manera diferente.
Muy duro. Si bien la primera fue un poco más complicada que la segunda, en ambos casos fue fundamental el apoyo de mi familia. Son meses en los que te sientes muy solo, aunque los compañeros intentan animarte, y necesitas estar cerca de los tuyos.
¿Y cómo o en qué momento se pierde ese temor o preocupación por volver a caer lesionado?
En mi caso, cuando te metes en una disputa, acabas por los suelos y ves que no te ha pasado nada. Ahí se desvanece la incertidumbre y puedes decir que está superado.
Tras esa mala experiencia en Argentina debido a las lesiones, ¿qué ha supuesto para usted dar el salto al fútbol europeo y venir al Alavés?
Necesitaba cambiar de aires y tener aspiraciones nuevas; ascender con el Alavés me parece un reto muy bonito. Además, me he propuesto disfrutar, divertirme y volver a encontrarme conmigo mismo. Quiero transmitirle seguridad a mi familia, si yo estoy contento, sé que ellos lo van a estar más aún.
Aún no ha podido jugar como titular en Mendizorroza, ¿tiene ganas de hacerlo y disfrutar así del ambiente?
Muchísimas. Pude sentir un poco de esa atmósfera ante Las Palmas y, sinceramente, me pareció espectacular. A ver si tengo la suerte de jugar este domingo, porque estoy impaciente.
“Siempre me sentí muy apoyado”
Al preguntarle sobre sus inicios en el mundo del fútbol, Carlos Benavídez habla de Santa Ana. Un pequeño barrio costero, a 150 kilómetros de Montevideo, en el que comenzó a obsesionarse con llevar un balón pegado a sus pies y del que luego pasó a la escuelita del Defensor Sporting. Allí, en el club violeta, fue subiendo escalones hasta debutar con el primer equipo, recibir la llamada de la selección, y marcharse a Argentina para defender la zamarra de Independiente. Todos esos pasos, que este verano le permitieron dar el salto a Europa con el Deportivo Alavés, los siguió siempre desde la banda su “mamá”, a quien el centrocampista babazorro no duda en mencionar porque “sin importar el día, la hora o la lluvia” nunca dejó de ser su mayor fan. Además, ella estará viéndole in situ este domingo en Mendizorroza.