Época templada del año, dice la Real Academia de la Lengua sobre la primavera; estación inestable, cuenta la sabiduría popular. En cualquier caso, poco o nada que ver con días seguidos de calor veraniego, como los vividos la semana pasada en Álava, más propia de julio que de mayo. Un paréntesis en el calendario primaveral que concluyó con un bochornoso fin de semana de viento sur y noches templadas en las que apenas cayó el mercurio, y calima, que incrementa la sensación de calor.
En definitiva, una semana de mayo, más de Vitoria tropical que de Siberia-Gasteiz, que ha pillado a vitorianos y alaveses con el pie cambiado. Pero, ¿esto es normal? Ha sido la pregunta más repetida a Euskalmet.
"Realmente, en primavera es habitual que tengamos estos cambios de temperaturas tan grandes, que haya días de calor que se alternen con otros de más frío, esa diferencia de temperaturas es habitual, lo que no es habitual es el calor veraniego que hemos tenido tantos días seguidos en mayo; normalmente no pasamos de una estación a otra y el tiempo cambia de forma radical, tanto la primavera como el otoño son estaciones en las que calor y frío se alternan", argumenta Onintze Salazar, meteoróloga de Euskalmet, la Agencia Vasca de Meteorología.