Tras muchos meses de capa caída, el turismo alavés comienza a recuperarse poco a poco. Prueba de ello son los turistas que se pasean por el centro de la ciudad de lunes a domingo y que hacen cola ante la escultura vegetal de la Virgen Blanca ansiosos por inmortalizar el momento antes de convertirlo en recuerdo. DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA se reúne con varios grupos de turistas para conocer sus primeras impresiones en la ciudad.
Las restricciones cada vez más laxas contra el covid-19 han reabierto la puerta al turismo y la situación sanitaria no parece suponer ya tanto impedimento para descubrir nuevos lugares. "Este año teníamos muy claro que necesitábamos viajar, ya estamos cansados de estar con el miedo constantemente; tenemos que aprender a vivir con prudencia, respetando las normas que en cada momento estén en vigor, pero debemos seguir viviendo, viajando y disfrutando", dice Amalia junto a su marido Juan, y sus hijas Cristina, Raquel y Leticia, que llegan desde Extremadura, para descansar durante unos días en la capital de Euskadi: "Hace varios años ya estuvimos en Bilbao y también en Donostia, así que teníamos claro que cuando volviéramos a viajar vendríamos a Vitoria", explica.
Cerca de ellos otra familia recién llegada de Sevilla, posan junto a la escultura vegetal de Vitoria-Gasteiz; los cuatro miembros se bajan la mascarilla para ese breve momento, unos breves minutos necesarios para disparar la cámara y dejar guardado el esperado recuerdo. Y es que la crisis sanitaria del coronavirus obligó a cancelar los planes de muchos turistas que ahora retoman con ilusión sus planes de verano. Es el caso de Elena, Paula, Carmen y Eleusterio. Recién llegados de Sevilla hacen su primera parada ante la Virgen Blanca. "¡Qué ganas teníamos de llegar a Euskadi!", dice con entusiasmo la madre de la familia, Carmen.
"Tenemos un intenso viaje programado; Vitoria, Bilbao, Hernani y Burgos, este año vamos a recuperar las vacaciones que no pudimos disfrutar el pasado año", responde su marido Eleusterio. Al lado de ambos, las hermanas Elena y Paula sonríen: "Teníamos muchas ganas de salir, aunque el coronavirus sigue su curso y contagiando a muchísimas personas, nosotros teníamos claro que este año íbamos a viajar, y aún estando fuera de casa, seguimos cumpliendo muy bien todas las normas y el uso de la mascarilla, por lo que no creemos que haya demasiado riesgo de contagio", explica Elena.
También Federico, que viaja junto a su hija y su mujer, comparte la misma opinión que el otro grupo, aunque no se conocen entre sí. "Es la primera vez que venimos a Vitoria, pero las restricciones que hay en Vitoria son similares a las de Valencia, si las cumplimos todos, podremos disfrutar con seguridad", explica. Por eso, a esta familia no les da ningún reparo viajar, y desde hace meses tenían claro que llegarían a esta ciudad gasteiztarra por "la oferta cultural". Tras cuatro días regresarán a su rutina, pero "hasta entonces no nos dejaremos nada sin ver", dice ilusionado.
Entusiasmo
Los hoteles o incluso las casas rurales son una de las primeras opciones de los turistas cuando llegan a Euskadi. Sin embargo, también son muchos los que optan por trasladarse a la costa y desplazarse en coche para recorrer los diferentes rincones de la ciudad y el territorio alavés. Es el caso de la familia de Mireia, Reme, Joan y Juanvi. Con adrenalina, energía, entusiasmo y acompañados de una sonrisa escondida tras la mascarilla, pero que asoma en la mirada, se han marcado un amplio itinerario de nueve días en Salamanca, Galicia, Valladolid, Haro, Vitoria y Logroño. "Venimos a Vitoria por lo verde que es. Da gusto, estos paseos no los tenemos en Valencia", dice Mireia. "Y por la comida", le responde su pareja Juanvi, mientras ríen todos.
Por el paisaje natural, la comida, y también por la historia que desprende cada calle de la ciudad. Al menos eso es lo que ha motivado que Nieves y Paco también hayan optado por la Green capital como destino turístico de este verano. "Nos daba reparo venir a Euskadi por el frío y la lluvia. De hecho, esta noche hemos pasado mucho frío. Pero compensa. Estar en el Casco Histórico de Vitoria es precioso", dice.
Muchos de los viajeros consultados confirman que tras su estancia en Vitoria también han programado visitar el resto de la Comunidad Autónoma Vasca pero que pasarán, como mínimo, dos días en la ciudad de Vitoria. De momento, el bullicio de estos días por el centro, precisamente en unas fechas en las que la ciudad celebraría la festividad de La Blanca, evidencia que, a pesar del miedo y estrés que está causando la pandemia, Vitoria mantiene su tirón turístico y sigue despertando interés por su oferta cultural.