Ni al Real Madrid, ni a la NBA, ni al CSKA ni al Baskonia, que desde hace mucho tiempo era consciente de la extrema dificultad que suponía mantenerle en nómina ante los muchos ceros en que estaba cifrada su continuidad. Quien ha seducido a Pierria Henry es finalmente el Fenerbahce, otro de los colosos del Viejo Continente con el dinero por castigo que tras una discreta temporada quiere volver por sus fueros en su competición doméstica y la Euroliga a partir de la próxima temporada.
De hecho, este jueves anunció a bombo y platillo hasta seis bajas en su plantilla, entre ellos dos bases como Lorenzo Brown y Álex Pérez que harán de esta forma hueco a uno de los grandes ídolos del baskonismo de los últimos tiempos. Según confirmaron Donatas Urbonas e Ismail Senol, Henry ya ha deshojado la margarita aceptando una oferta del conjunto turco para las dos próximas temporadas.
Se acaba de esta forma el periplo en Vitoria de un base que, con sus errores y en ocasiones ese punto de locura, era la prolongación perfecta sobre la cancha de Dusko Ivanovic y cautivaba a la grada por su calidad, entrega y carisma.
En realidad, la marcha de Henry tampoco supone una sorpresa apreciada la subasta en la que se había convertido su fichaje. Pese a las últimas palabras de Félix Fernández en las que no cerraba la puerta a su continuidad, la realidad es que el Baskonia no podía igualar las millonarias cifras que exigía su agencia de representación.
La cotización de Henry estaba por las nubes y la posibilidad de retenerle más tiempo en el Buesa Arena se antojaba una quimera. Mucho más teniendo en cuenta que el mercado de grandes bases en la Euroliga es cada vez más reducido y casi todos los transtlánticos andaban tras sus pasos para reforzar la dirección de juego.
No ha querido esperar a la NBA
El Real Madrid se retiró de la puja semanas atrás después de que el Baskonia subiera sus exigencias económicas a la hora de renunciar al derecho de tanteo tras la venta de Luca Vildoza y se decantó por Nigel Williams-Goss. Según distintas fuentes, el CSKA tiene atado a Kevin Pangos, la gran sensación de la última Euroliga en el Zenit. En el caso de la NBA, el mercado de la agencia libre no arranca hasta finales de julio y Henry, que recibió hace meses los cantos de sirena de los Timberwolves, no ha querido esperar tanto tiempo para resolver su futuro. Sobre todo, cuando está en vísperas de disputar el Preolímpico de Belgrado con Senegal, selección de la que ya posee su pasaporte tras haber cumplido satisfactoriamente unos farragosos trámites burocráticos, y se expone a sufrir cualquier percance físico.
Su visión de juego, su calidad ofensiva y, sobre todo, su incandescente despliegue físico son virtudes que ha paseado durante las dos últimas campañas con la elástica azulgrana. Poco importaban sus desconexiones en algunos tramos de los partidos ante la consistencia de un base rebosante de personalidad.
Henry dejará un vacío difícil de llenar en un Baskonia obligado a partir de ahora a remodelar por completo su dirección de juego de cara a la próxima temporada. El estadounidense pone rumbo a un Fenerbahce que mantiene su caña echada sobre el Buesa Arena para reclutar también a Achille Polonara. La del italiano, concentrado actualmente con su selección para el Preolímpico, puede ser la otra salida dolorosa que se confirme en la entidad vitoriana en próximas fechas. l