Sin lugar a dudas el peor partido de la temporada. Un Baskonia desconocido. Sin noticias de ese grupo eléctrico que había deslumbrado hasta la fecha. Los de Joan Peñarroya no dieron una a derechas y recibieron una cura de humildad en toda regla en el día que se presentaba de nuevo Pierria Henry en sociedad.
Ese equipo aguerrido que siempre volvía y daba la cara no se vio ayer. Sin competir, que es lo único que se le pide al equipo. Una derrota bochornosa en una tarde para olvidar. Si no pones un mínimo de intensidad cualquier equipo te puede hacer un roto por mucho que no sea uno de los gallitos de la categoría. Ayer, en teoría uno de los equipos teóricamente más débiles de la competición sacó los colores a un Baskonia que no mostró ninguna de las señas de identidad que había presentado hasta ahora.
No se vio a ese equipo rápido, que divierte, letal en el triple y que si tiene que defender a muerte, defiende. Nada de nada. Y es que un equipo como el Villerbaune que promediaba hasta la fecha 67 puntos ya había conseguido 48 al descanso y acabó con 87. Un agujero atrás. Ya lo dijo Peñarroya al descanso. “Hemos estado muy blandos en defensa, sin rebote y sin saber frenar sus ataques verticales”, comentó el técnico catalán.
Un mensaje similar al que transmitió de forma enérgica a sus pupilos en un tiempo muerto tras ver como el cuadro francés desarbolaba a su equipo en el segundo cuarto. “¡Es posible puntear los tiros! ¡Es posible jugar juntos! ¡Es posible defender fuerte su uno contra uno! ¡¡¡Es posible jugar o podemos no jugar!!!, clamó a los suyos.
Pues bien, parece que estos no le hicieron mucho caso. Naufragio colectivo. En todos los aspectos. Hundimiento. Caída coral. Leves destellos de Giedraitis en un día negro de casi todo el bloque. También de un Pierria Henry al que se le vio falta de acoplamiento a los sistemas.
El exjugador de Fenerbahce era desarbolado una y otra vez por De Colo y se quedaba en la gran mayoría de los bloqueos. Lejos de ese voraz defensor que disfrutó el baskonismo en su anterior etapa. Necesita tiempo. En ataque también se le vio espeso.
El flamante fichaje azulgrana no dio fluidez al juego. Abusando del bote en ataque, sin hacer daño con el tiro y con escasa capacidad para elaborar juego, dejó claro que aún necesita más sesiones de entrenamiento para conocer los sistemas y cómo facilitar el juego a sus compañeros. Perdido. Sin impacto en el juego. Sus cifras así lo confirman y eso que Peñarroya le puso en cancha más de 18 minutos. Cuatro pérdidas de las 18 del equipo y solo dos asistencias, mal bagaje para un base.
Peor fue el del equipo, que se quedó en 61 puntos cuando promediaba 88. Nulo en el tiro de 3 con un 24% (6/25) y humillado en el rebote, 44 para el Asvel por 29 para el Baskonia son algunos de los detalles que dejan claro que el de ayer fue el peor Baskonia del curso. Esperemos que sea solo un accidente. l