El Barça, rival esta noche del Baskonia, se reforzó el pasado verano con varias incorporaciones de renombre como los de Satoransky, Kalinic, Vesely, Da Silva o Tobey con el objetivo de alcanzar cotas aún más altas de excelencia y levantar el título de campeón de la Euroliga que se le resiste desde 2010 pese a la importante inversión realizada en las últimas campañas. Sin embargo, uno de los fichajes más diferenciales lo ha encontrado en su propia plantilla con el regreso de la mejor versión de Higgins, un jugador fundamental para el conjunto culé que apenas pudo sumar el curso pasado por distintas lesiones.
El escolta estadounidense, que lleva formando parte de la disciplina blaugrana desde que aterrizara en Barcelona en 2019 procedente del CSKA, está viviendo su segunda juventud a sus 33 años, siguiendo un plan de gestión de esfuerzos para evitar que se repita lo sucedido el curso pasado y facilitar que llegue al tramo decisivo de la temporada en condiciones óptimas. La temporada anterior solo pudo participar en 35 encuentros entre ACB y Euroliga por varios problemas físicos, entre ellos una lumbalgia y una fascitis plantar que le obligó a pasar por quirófano.
Además, cuando estuvo disponible tampoco rindió a su mejor nivel, y prueba de ello fueron sus decepcionantes actuaciones en la semifinal de la Euroliga contra el Real Madrid, en la que ni siquiera consiguió anotar, o los cuatro encuentros de la final de la ACB contra el conjunto blanco en los que promedió 5,2 puntos con unos porcentajes de acierto paupérrimos, muy lejos de su estatus en la plantilla en cuanto a sueldo y galones. El cuerpo técnico, consciente de la calidad que atesora el norteamericano, se ha propuesto este curso evitar contratiempos con una de sus estrellas y le está concediendo descansos periódicos, especialmente en la ACB, donde ha jugado en 11 de 16 jornadas.
MOMENTO DE INSPIRACIÓN
La fórmula, por ahora, está resultando efectiva, ya que Higgins ha dejado atrás sus problemas con las lesiones, ha ido creciendo con el avance de la temporada y llega a la cita en el Buesa Arena en su mejor momento. Lo demostró en la victoria del Barça en casa del Real Madrid el 2 de enero con 18 puntos y en sus dos últimos encuentros de Euroliga contra el Asvel y el Efes ha promediado 16,5 puntos, 3 rebotes, 4 asistencias, 2 robos y 24,5 créditos de valoración. Higgins vuelve a ser el anotador compulsivo de siempre, capaz de desatascar partidos con su habilidad en el uno contra uno, preciso en el lanzamiento exterior y letal en los minutos finales. En definitiva, otra amenaza más de un Barça plagado de estrellas.