Polideportivo

Hirschi marca la hora de la victoria en Valencia

El suizo, en su primera carrera del curso, derrota a Scaroni en una clásica que se decide a partir de la subida al alto del Turrón Duro
Marc Hirschi celebra su primera victoria del curso. / Clàssica Comunitat Valenciana.

El Coll de Rates, convertido en lugar de peregrinación para los feligreses que les gustan marcar los registros en Strava, es propiedad de Tadej Pogacar, dueño del ciclismo en estos tiempos. El esloveno estableció el récord de la ascensión hace apenas un mes.

Subió en apenas 12:21 minutos, a 31,2 kilómetros por hora de media. Un disparate. Trituró la marca de Juan Ayuso, que en febrero del pasado año completó la subida, de 6,52 kilómetros al 5,2%, en 12:49 a 30,5 de media.

Pogacar también mejoró en 17 segundos el récord que ostentaba el danés Peter Oxenberg Hansen con un tiempo de 12:38. Un hito más del esloveno volador, al que nada humano le derrota desde que Vingegaard le sometiera en el Tour de 2023.

A partir de ahí, Pogacar se ha convertido en un cyborg, en un súper humano inalcanzable, una raza superior. Una sombra esquiva que todo lo fagocita con su fogosa ambición.

El Coll de Rates es un pasatiempo para el esloveno, pero en la Clàssica Comunitat Valenciana fijaba el paso de la carrera, que se puso seria tras la fuga de siempre, con el mismo final que se les supone. Veistroffer, el último estandarte, claudicó. El UAE imprimió una capa de velocidad en la ascensión para promover a Jan Christen.

El descenso de Coll de Rates dejó un grupo por delante de una ruta que conectaba después con el alto del Turrón Duro. Los favoritos querían morder ahí, en una senda que el pelotón conoce de memoria porque los campamentos de pretemporada se levantan en la zona al sol del invierno.

Decisiva ascensión

En las fauces de la montaña, con un suelo viejo, asfalto ajado, gris deslucido, se adentraron Santiago Buitrago, Marc Hirschi, Christen y Christian Scaroni. El colombiano fijó el compás hasta que Chisten lanzó su primera salva.

Palideció Buitrago, atragantado. Resistió Scaroni, pegado a Christen. Hirschi era una montaña rusa de sensaciones. Sufrió pero resistió la ofensiva de Christen, su compatriota, en su toma de contacto de la temporada. En las rampas duras, a punto estuvo de claudicar. Se sostuvo haciendo equilibrios y en la bajada, el trío apuntaba a la diana de la victoria.

Hirschi, uno de los fichajes estrella del Tudor, el equipo que ha crecido y piensa en seguir haciéndolo, era el más rápido por currículo. Sumaba más de veinte triunfos, una cifra que invocaba a su capacidad rematadora, sobre todo, en carreras de un día, aunque su gran destape precedía del Tour de 2020, donde conquistó un triunfo de etapa tras una exhibición sideral.

Scaroni y Christen temían a Hirschi, que gestionó de maravilla su jerarquía. El italiano apostó con un ataque telescópica. Esa era su mejor carta. Hirschi, con el as en la manga, se soldó a Scaroni, mientras Christen, acalambrado, sujetándose el muslo derecho, tuvo que renunciar.

Hirschi remata a Scaroni

Por detrás, Buitrago, que se había descolgado y Morgado, vencedor la víspera que apareció en escena al final, trataron de enlazar con el suizo y el italiano. Era tarde. Para entonces, Hirschi y Scaroni iniciaron el cortejo de los finales desconfiados, donde la psicología y el sistema nervioso también dan pedales.

En paralelo, bizquearon, se midieron, frenaron y zigzaguearon hasta que el suizo, explosivo y veloz, se detonó. Scaroni agachó la cabeza, decapitado por el esprint de Hirschi, siempre burbujeante en esa clase de llegadas.

El suizo condecoró su 24ª victoria subrayando a su patrocinador, una marca relojera, en la meta de La Nucía. Hirschi marca la hora de la victoria en Valencia.

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27/01/2025